El consejero de Economía y Finanzas de la Generalitat, Antoni Castells, admitió ayer ante la juez que investiga el caso del hotel del Palau de la Música que existieron irregularidades administrativas en la tramitación del proyecto, aunque defendió la actuación de su departamento.
Las mociones políticas sobre la prohibición del burka y el niqab se van extendiendo como una mancha de aceite por los ayuntamientos catalanes. Frente a los partidos que propugnan su veto absoluto, incluso en la calle, como el PP, la mayoría, como Convergència i Unió (CiU) y en ocasiones los del tripartito de izquierda abogan por impedir su uso en los espacios de propiedad municipal.
O conseguía que José María Aznar, entonces presidente del Gobierno, bendijera el hotel o invitaba a comer a Felip Puig, consejero de Política Territorial, en el Salón Lluís Millet, en el Palau de la Música, para lograr la recalificación de unos terrenos en L'Ametlla. La comisión de investigación del Palau de la Música evidenció el ascendiente de Millet y su tupida red de contactos.
Las autoridades catalanas esperaban la llegada a Barcelona del ministro de Fomento con cierta prevención. José Blanco, además de presidir el acto simbólico de colocación de la primera piedra de la estación del AVE de la Sagrera, iba a anunciar la tan temida lista de las obras que quedarán aparcadas por el drástico plan de ajuste presupuestario.
El presidente de La Seda, José Luis Morlanes, llamó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a autorizar una ampliación de capital por 300 millones de euros que la química, una de las grandes industrias de Cataluña que corren peligro, "necesita con urgencia" para salvar su complejo plan de reestructuración.
CARLES GELI | Barcelona
Monzó, Pàmies y Moliner 'jugaron' ayer con los 30 años de la editorial