Temporal de mar, de fuertes rachas de viento y fallo en los trenes. De norte a sur, Cataluña ha sufrido las consecuencias de un temporal al que ayer se sumó una parada total de la circulación de los trenes durante casi tres horas y que no amaina. Barcelona activó ayer el plan de emergencias por la alerta de rachas de viento de más de 90 kilómetros por hora. Esta ventolera alterará hoy -y en algunos casos eliminará- las conexiones marítimas de los puertos de Baleares y Barcelona.
La avería eléctrica que paralizó los trenes en la madrugada de ayer se produjo en un transformador que transmite la energía a las instalaciones informáticas del centro de control de tráfico ferroviario de Adif, en la estación de França. El fallo afectó a todas las líneas de Rodalies y a las de Media Distancia desde las cinco de la madrugada y afectó a siete trenes que estaban circulando. El tráfico no se normalizó hasta las ocho de la mañana.
Por otro lado, un deslizamiento de tierras -probablemente debido a las lluvias- fue la causa del descarrilamiento de un tren de viajeros que cubría el trayecto entre Lleida y La Pobla de Segur (Pallars Jussà) el lunes por la noche. La treintena de pasajeros que viajaban en el convoy resultaron ilesos. El desprendimiento de piedras se produjo en un túnel a 800 metros de la estación de Àger (Noguera).
Tras arrasar parte de las playas de Girona, ayer las rachas de fuerte viento y el mar engulleron algunas playas del Maresme, entre ellas las de Vilassar y Premià, y dañaron las de Barcelona. Las ventadas y aguaceros obligaron a los bomberos a realizar 360 servicios en 24 horas para recoger árboles y ramas caídas, mobiliario urbano desplazado y achiques de agua en bajos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de octubre de 2010