El parón navideño ha pasado factura al Hércules, al que se le ha rebotado Drenthe, quejoso por el impago de su nómina. Ayer por la noche, mientras el internacional holandés aterrizaba en el aeropuerto de Alicante, con casi una semana de retraso sobre la fecha en que debía incorporarse tras las vacaciones de Navidad, sus compañeros caían goleados en Son Moix. Un Hércules anémico fue el mejor antídoto para que el Mallorca de Michael Laudrup recobrara la confianza perdida después de tres derrotas consecutivas en Liga.
No hubo color sobre el campo. Los de Esteban Vigo solo se asomaron al balcón del área contraria cuando ya lo tenían todo perdido. Sin apuros, dominó como quiso el Mallorca, al que le bastaron tres minutos de inspiración para despachar el duelo. Funcionó mejor que nunca la asociación entre Pereira y Víctor, que descubrieron las carencias defensivas de los alicantinos antes del descanso y remataron la faena en la reanudación. Ni siquiera fue necesaria la participación como titular de Gonzalo Castro, uno de los mejores hombres del Mallorca. Las intervenciones de Aouate en la portería sostuvieron a los locales durante la segunda mitad, en que el Hércules, ya a remolque, se atrevió por fin a dar un paso adelante, pero sin dinamita y ya con demasiadas prisas por arreglar el descosido.
MALLORCA 3 - HÉRCULES 0
Mallorca: Aouate; Cendrós, Nunes, Ramis, Kevin; Nsue, Martí, De Guzmán (Castro, m. 79); Pereira, Víctor (João Víctor, m. 68) y Webó. No utilizados: Lux; Rubén, Ratinho, Ayoze y Cavenaghi.
Hércules: Calatayud; Cortés, Abraham Paz (Sergio Rodríguez, m. 46), Pamarot, Pulhac; Fritzler (Cristian. m. 56), Abel Aguilar; Kiko, Valdez, Sendoa (Portillo, m. 63); y Trezeguet. No utilizados: Velthuizen; Juanra, Rufete y Thomert.
Goles: 1-0. M. 37. Pereira. 2-0. M. 40. Víctor. 3-0. M. 50. Pereira.
Árbitro: Ramírez Domínguez. Amonestó a Fritzler, Valdez, Aguilar y Joao Víctor.
9.789 espectadores en el Ono Estadi.
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El partido resultó más cómodo de lo esperado para el Mallorca, que lo afrontaba como una prueba de fuego para fijar sus aspiraciones en la competición y que resolvió con tres goles en 13 minutos. Lo había señalado en rojo Laudrup, consciente de la necesidad de ganar a un rival directo por la permanencia y acosado por la urgencia por frenar la racha negativa en que se instaló el equipo balear antes de comerse los turrones. El mes de enero se presenta tranquilo en la isla, pero muy movido en Alicante, con el equipo cuesta abajo y los aficionados de uñas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 4 de enero de 2011