Puede que el cine sea el mayor espectáculo del mundo, pero si hablamos de dinero, las consolas de videojuegos son mucho mejor negocio. Frente a los 19.000 millones de euros anuales de la taquilla cinematográfica, el mercado de las maquinitas de marcianos factura 24.000 millones anuales, y la tarta se la reparten tan sólo tres empresas. Dispuestas a todo por arañar una porción mayor, Sony, Microsoft y Nintendo han iniciado una guerra de precios que este último fabricante ha recrudecido aún más en las últimas horas al rebajar el precio de su Game Cube un 25%.
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A partir de hoy, la consola de Nintendo pasa a costar 50 dólares menos en Estados Unidos (149 dólares, 165 euros), después de haber visto rebajado anteriormente su precio de salida de los 249 dólares (275 euros) hasta los 199 dólares (120 euros).
Sus dos máximos rivales ya habían optado por un recorte aún mayor la semana pasada. La PlayStation 2 de Sony, que salió al mercado en marzo de 2000 por 450 dólares (500 euros) y que se vendía hasta hace poco por 299 (330 euros), pasó a costar tan sólo 199, bajada que fue igualada poco después por Microsoft. La Xbox tuvo un precio de lanzamiento de 479 dólares (530 euros) en noviembre del año pasado, pero pronto pasó a valer lo mismo que su máxima rival.
"La guerra del 'software"
"Este va a ser el año de la guerra del 'software'", ha avanzado George Harrison, director de mercadotecnia de Nintendo. El objetivo de las tres empresas es ampliar al máximo su base de clientes para poder vender más vídeojuegos (su precio es superior a los 60 euros por unidad).
Y más vale que así sea, al menos en el caso de Nintendo, porque los 149 dólares por unidad apenas cubren los costes de fabricación. A su favor tiene que no incluye DVD, como sus rivales, por lo que su precio puede ser inferior. Hasta el momento se han vendido 4,5 millones de unidades en todo el mundo, frente a los 2 millones de Xbox (cifra que Microsoft espera haber duplicado en junio). Sega ha vendido 30 millones de máquinas en los dos años que lleva en el mercado.