El banco Santander Central Hispano (SCH) obtuvo en los nueve primeros meses del 2002 un beneficio neto atribuido de 1.721,9 millones de euros, lo que supone una rebaja del 13,6% con respecto a los resultados conseguidos entre enero y septiembre de 2001.
Según las cuentas presentadas por el banco a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), los resultados de la entidad hasta el mes de septiembre habrían disminuido sólo un 7,5% si se descontara el efecto de la situación en Argentina, cuyas filiales allí instaladas mantienen una nula aportación al beneficio del banco.
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La evolución del balance del banco también se ha visto influida por la devaluación de las principales monedas latinoamericanas, de forma que el volumen de créditos cayó un 1,79%, hasta los 164.342 millones de euros, mientras que los recursos gestionados bajaron un 2,83%, hasta los 308.735 millones de euros. La tasa de morosidad subió hasta el 2,09% (0,98% en España y el 4,05% en Latinoamérica), desde el 1,85% de septiembre del 2001, pero en la misma línea del primer semestre del 2002.
El banco -que para final de año prevé obtener un beneficio un 10% inferior al del 2001- atribuye la caída de sus resultados a la situación que atraviesan sus filiales en Argentina, a los tipos de cambio y, en general, a "un contexto internacional desfavorable".
El banco -que para final de año prevé obtener un beneficio un 10% inferior al del 2001- atribuye la caída de sus resultados a la situación que atraviesan sus filiales en Argentina, a los tipos de cambio y, en general, a "un contexto internacional desfavorable".
Recortes en todos los márgenes
En todo caso, la cuenta de resultados consolidada del grupo presidido por Emilio Botín presenta recortes en todos sus márgenes, desde el de intermediación -la diferencia entre lo que le cuestan sus depósitos y percibe por su créditos-, que cae un 4,02%, hasta los 7.279,3 millones de euros. Las comisiones cayeron un 5,5% y los resultados por operaciones financieras bajaron por encima del 70%, lo que lleva a un margen ordinario de 10.760 millones de euros, un 7,92% menos que entre enero y septiembre del 2001.
Pese a esta caída en el margen ordinario, el banco ha llevado a cabo una fuerte política de reducción de gastos, próxima al 13%, que permite que el margen de explotación -el que mide el negocio típico bancario- mejore sustancialmente, aunque todavía ceda un 1,45%.