La gendarmería de Saint-Pé-sur-Nivelle, a las afueras de la localidad vascofrancesa de Bayona, ha sido atacada esta noche con cócteles mólotov, que han causado daños leves, según han indicado fuentes policiales.
Uno de los artefactos ha llegado a explotar, aunque solo ha provocado el ennegrecimiento de la puerta de madera de la entrada a las oficinas administrativas de la gendarmería de Saint-Pé-sur-Nivelle, según han precisado las mismas fuentes.
Los restos del artefacto que ha hecho explosión y de dos más, que no han llegado a detonar, así como los daños causados han sido descubiertos a primera hora de hoy por los gendarmes cuando acudían a sus puestos de trabajo.
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Por el momento se desconoce la autoría de ese atentado, han añadido las fuentes, que apuntan a jóvenes radicales vascos. Desde el verano se han registrado varios atentados con artefactos incendiarios contra viviendas o vehículos de agentes franceses de la Policía, la Gendarmería o los servicios aduaneros en el País Vasco francés.
Siete de los atentados han sido reivindicados por un grupo que concluye sus comunicados con un Euskal Herria Askatu (Libertad para el País Vasco).
Un autobús calcinado
Por otro lado, un grupo de encapuchados calcinó anoche un autobús de línea en Bilbao después de obligar a su conductor a desalojarlo, según han informado fuentes de la Ertzaintza. El ataque se produjo a las diez y cuarto de la noche en el barrio de Arabella de la capital vizcaína cuando varios individuos con el rostro cubierto obligaron al conductor a abandonar el vehículo.
No obstante, el autobús atacado se encontraba ocupado por tres pasajeras cuando comenzó a arder, según han informado fuentes de Transportes Colectivos (TCSA), empresa a la que pertenecía el vehículo, un Bilbo-Bus de la línea 22, que efectúa el recorrido Zurbaranbarri-Atxuri.
Una vez abandonado el autobús por parte del conductor, los atacantes rociaron el vehículo con líquido inflamable y le prendieron fuego. Entonces, el conductor logró abrir la puerta trasera desde el exterior y las pasajeras abandonaron el vehículo sin sufrir ningún tipo de daño.
El autobús, del servicio municipal Bilbobus, quedó calcinado, pese a que los bomberos sofocaron las llamas, que también afectaron a otros vehículos aparcados en las cercanías, concretamente una furgoneta y otros dos turismos.
Según la compañía, los daños causados al autobús ascienden a 4,6 millones de pesetas. La reposición del mismo oscilará entre los 23 y 25 millones.