El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, ha asegurado hoy que el proceso de paz en el País Vasco atraviesa una fase de “cierta penumbra”, aunque ha añadido que mantiene una actitud de “realismo esperanzado” y un deseo “ardiente” de que “se vea la luz al final del túnel”.
“Hay momentos en que la esperanza es luminosa, incluso se ve reforzada por la euforia y otros momentos en que la esperanza está muy probada, se sostiene por convicciones profundas; hay veces en que la esperanza se encuentra ante una oscuridad que a penas ve; hay momentos de confusión, quizá de estancamiento, el ritmo de la evolución de la esperanza también es diverso en unos momentos y en otros. Ahí estamos, tengo la impresión de que ahora nos encontramos en una fase de penumbra, de una cierta penumbra”, ha explicado Blázquez.
El que también es obispo de Bilbao ha dicho en el curso de un desayuno con periodistas que las víctimas del terrorismo deben ser “resarcidas en justicia”. Respecto a las “medidas de gracia” con los miembros de la banda terrorista ETA, Blázquez se ha mostrado convencido de que no sólo el Gobierno y el resto de autoridades sino también la sociedad “sería generosa si realmente la organización dejara definitivamente las armas”.
Por todo ello, el obispo ha hecho un llamamiento a la unidad “para terminar con el terrorismo”, “una causa extraordinaria para todos". “Esperanza, sí”, eso es lo que siente Blázquez, que ha explicado que “los optimistas dicen que las cebollas son de la familia de los lirios y los pesimistas, que los lirios son de la familia de las cebollas”.
“Empeñamos nuestros esfuerzos por ello, nos sumamos todos, que es una causa extraordinariamente importante para todos. No sólo para el País Vasco, sino para todos nosotros. Pero yo no soy profeta. Dios quiera que lleguemos a buen puerto, hagamos todo lo posible”, ha añadido. Sobre los responsables de que el proceso vaya mal, el obispo ha señalado a ETA, que “tiene que dejar de matar, deponer las armas”.