El Papa ha hecho esta mañana desde Astaná, capital de Kazajistán, un "vigoroso" llamamiento a la paz en el mundo mientras se aceleran los preparativos bélicos en la vecina Afganistán. El pontífice ha asegurado además, al referirse a los atentados en EE UU, que lo sucedido no debe aumentar la división entre cristianos y musulmanes, pues la religión nunca debe ser usada como un pretexto para el conflicto.
"Desde esta ciudad de Kazajistán, ejemplo de armonía entre personas de diferentes orígenes y creencias quiero hacer un vigoroso llamamiento a todo el mundo, a cristianos y a los seguidores de otras religiones, para que trabajen juntos para construir un mundo sin violencia, que ame la vida y que crezca en justicia y libertad", ha dicho el Papa en una misa a la que han asistido 50.000 personas.
Juan Pablo II ha añadido: "no debemos permitir que lo sucedido aumente las divisiones" y ha pedido a los cristianos y musulmanes que imploren a Dios para que el "supremo bien de la paz reine en el mundo".