La corporación Enron, que entró recientemente en quiebra, ha despedido a la compañía Arthur Andersen como su auditora de cuentas, según ha informado el presidente ejecutivo de la compañía energética, Kenneth Lay. Las razones aducidas por el ejecutivo para la rescisión se basan en que empleados de Andersen destruyeron documentos relacionados con la auditoría del gigante eléctrico, irregularidades que, en su opinión, contribuyeron a la bancarrota de su empresa.
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Enron tiene previsto elegir pronto a su nueva auditora, aunque Lay no ha precisado qué firma podría hacerse cargo de la supervisión de sus cuentas. La decisión ha sido tomada por el consejo de directores de la compañía estadounidense, cuyas acciones han pasado de valer 99 dólares a menos de uno en un año.
La empresa energética formalizó la documentación de bancarrota el pasado 2 de diciembre, después de que unos desajustes contables en sus transacciones hicieran caer sus cotizaciones en bolsa y generaran la quiebra de la compañía. Según Kenneth Lay, Enron concedió a Arthur Andersen el "beneficio de la duda" hasta que una investigación posterior demostró la existencia de irregularidades en las auditorías.
Arthur Andersen ha despedido a uno de sus socios en Houston y ha retirado de sus funciones a otros tres, después de confirmarse que el 23 de octubre comenzaron a destruirse documentos, en una acción que se atribuye a David Duncan, el encargado principal de las auditorías de la compañía energética.
Daños colaterales
Enron, que gestionaba conducciones de gas natural, plantas eléctricas y agua, se vino abajo después de que la Comisión de Vigilancia y Control del Mercado de Valores, iniciara una investigación sobre la compañía el pasado mes de octubre.
Aún está por determinar el papel que pudo haber jugado en las irregularidades detectadas la compañía auditora Andersen, así como los propios responsables de la empresa energética. Según algunos analistas, la quiebra de Enron podría causar "daños colaterales" a otras compañías. De momento, muchos de sus empleados han perdido los ahorros de toda una vida y los accionistas han visto esfumarse los valores que cotizaban en bolsa.
Bush apoya la investigación
Por otra parte, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha dado su respaldo a una investigación completa en el escándalo. "El presidente piensa que es vital para el Departamento de Justicia continuar la investigación a dondequiera que se dirija, a quien sea que lleve por delante y hacer lo que sea para investigar cualquier mala actuación", ha declarado el portavoz de la Casa Blanca Ari Fleischer.
El caso Enron es el primer escándalo que toca de cerca al presidente estadounidense, George W. Bush, así como a su Administración, dadas las conexiones existentes entre la empresa, el presidente y el vicepresidente, Dick Cheney.
Enron y su presidente, Kenneth Lay, un amigo personal de Bush, fueron los principales contribuyentes a las campañas electorales de Bush durante 1994 a la gobernación de Texas y en 2000 a la presidencia. Lay contribuyó a la campaña de Bush con 600.000 dólares (más de 666.000 euros).