Con un discurso dirigido a captar el voto de las clases populares más castigadas por la crisis social, el peronista Adolfo Rodríguez Saá ha lanzado en Buenos Aires su campaña para regresar a la presidencia del país, un cargo que ocupó durante apenas una semana a finales del año pasado.
Rodríguez Saá ha hablado a los "pobres", los "desocupados" y los "excluidos", a quienes ha propuesto unirse para impulsar "la primera revolución argentina del siglo XXI". En su discurso, ha prometido trabajar para bajar los índices de desempleo, que afectan al 21,5% de las fuerzas activas del país, y de pobreza, que abarcan al 53% de la población.
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También ha asegurado que "nadie robará más en Argentina" si es elegido presidente y sostuvo que, aunque no le gusta "a los miembros del sistema", investigará el proceso de endeudamiento de Argentina, que definió como "el mayor negociado" en la historia del país.
Investigará la deuda
"Los argentinos tienen derecho a saber cuánto debemos, a quiénes les debemos, por qué debemos y cuánto hay en ello de legalidad y de ilegalidad", dijo. Además, prometió investigar la forma en que Argentina contrajo su enorme deuda exterior, criticó a los grupos del poder económico y atacó con dureza a quienes ejercieron la presidencia del país desde el retorno de la democracia, en 1983.
El dirigente del gobernante Partido Justicialista (PJ-peronista), que lidera todas las encuestas, llegó a la presidencia argentina el 23 de diciembre de 2001 y en su breve período de mando declaró la suspensión de los pagos de la deuda exterior. El 30 de diciembre renunció a su cargo tras perder el apoyo del peronismo y más tarde denunció que fue víctima de los intereses económicos que querían devaluar la moneda argentina para licuar sus deudas.
Además de Rodríguez Saá, se han lanzado a la carrera presidencial por el peronismo Carlos Menem (1989-1999) y los gobernadores de las provincias de Santa Cruz, Néstor Kirchner; de Córdoba, José Manuel de la Sota, y de Salta, Juan Carlos Romero.