Matizando un poco su postura sobre la no conveniencia de un ataque a Irak, el secretario de Estado de EE UU, Colin Powell, ha roto el silencio que mantenía sobre el asunto y ha considerado hoy que los aliados de EE UU necesitan "la difusión de todas las informaciones disponibles" de la amenaza que representa Irak para convencerles de la importancia de actuar.
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"Se necesita un debate dentro de la comunidad internacional de modo que todo el mundo pueda juzgar la situación y extraer sus conclusiones sobre el tema", ha afirmado Powell en una entrevista con el programa David with Frost de la BBC. "Pienso que las informaciones disponibles sobre Irak deben ser presentadas al mundo". En su opinión, la comunidad internacional tiene la obligación de unirse a su país para afrontar el problema.
Entre todos los colaboradores más próximos del presidente estadounidense, George W. Bush, Powell ha destacado por su silencio en el acalorado debate que sobre Irak alcanzó a los medios estadounidenses. El vicepresidente, Dick Cheney, el ministro de Defensa, Donald Rumsfeld, y la asesora diplomática del presidente, Condoleezza Rice, han rivalizado en declaraciones a cuál más hostil contra Bagdad.
Powell ha dicho, además, que el presidente George W. Bush cree que los inspectores de armas tienen que regresar a Bagdad, pero no considera que eso sea suficiente para alterar su política sobre Irak. "Irak ha violado muchas resoluciones de la ONU durante los últimos once años", ha dicho el secretario de Estado.