La compañía China Northern Airlines ha desvelado que la catástrofe aérea ocurrida el pasado mes de mayo en Dalian, en la que murieron 112 personas al precipitarse al mar un avión de la aerolínea, se debió a la explosión dentro del aparato de una bomba que transportaba uno de los pasajeros. Las investigaciones, ya concluidas, señalan que el artefacto no afectó al fuselaje del avión, pero produjo un incendio que impidió a los pilotos recuperar el control de la aeronave.
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Los expertos, que han hecho público el resultado de tres meses de investigaciones en el diario South China Morning Post, creen que los pasajeros, aterrorizados por la explosión de la bomba, de fabricación casera, en la parte trasera del aparato, corrieron en dirección opuesta, hacia la zona próxima a la cabina, desestabilizando fatalmente el avión, un Boeing MD-80. Las conversasiones grabadas en la caja negra, encontrada por los equipos de rescate tras una ardua búsqueda que duró más de una semana, respaldan esta tesis, puesto que escuchan las voces de los pilotos pidiendo calma a los pasajeros y urgiéndoles a que volvieran a sus asientos, ya que de lo contrario el aparato corría el peligro de estrellarse.
El avión, que realizaba el trayecto entre Pekín y la turística ciudad de Dalian, se estrelló en la noche del 7 de mayo en las costas cercanas a esta última localidad, cuatro minutos después de que el piloto informara a los controladores de que se había declarado un incendio en la cabina. La mayoría de las víctimas del siniestro, en el que no hubo supervivientes, eran ciudadanos chinos que volvían a Dalian tras las vacaciones del 1 de mayo, aunque también viajaban a bordo ciudadanos de Japón, Corea del Sur, India y Singapur.
Sin confirmación oficial
Tres días después de la catástofre, los equipos que investigaban el accidente ya señalaron que barajaban la posibilidad de un sabotaje a bordo del avión, aunque esta hipótesis no había vuelto a aparecer en los medios de comunicación hasta hoy. Sin embargo, la Administración de Aviación Civil de China no ha querido confirmar la noticia, señalando que por el momento no hay una decisión final al respecto, aunque ya ha subrayado en otras ocasiones que la compañía aérea "no fue la culpable del siniestro". El director de la citada administración, principal órgano regulador del tráfico aéreo en el país asiático, fue destituido después del accidente.
China endureció las medidas de seguridad en sus aviones a principios de la década de los 90, tras varios sabotajes aéreos, y lo hizo todavía más tras los atentados perpetrados en EEUU el 11 de septiembre de 2001. Desde esa fecha, los pasajeros en China son sometidos a extremas medidas de seguridad, que incluyen la inspección de sus zapatos a través de aparatos de rayos X, por lo que los investigadores todavía no se explican cómo uno de los pasajeros del avión estrellado en Dalian introducir un explosivo en su interior.