Las autoridades del estado australiano de Victoria sospechan que dos de los incendios que arrasan la región, uno de los cuales ha destruido cuatro casas esta madrugada, han sido provocados, según ha podido saber la agencia Efe de boca del portavoz del servicio de bomberos.
Uno de los dos frentes supuestamente iniciados por pirómanos es el que arrasa la zona alpina de Victoria, donde se mantiene la alerta. En esta zona, cerca de Mount Bufalo, un frente de 100 kilómetros de ancho llegó anoche a las puertas del turístico pueblo de Bright y obligó a evacuar a un centenar de residentes. Cerca de 3.000 efectivos de los bomberos, apoyados por 24 avionetas y helicópteros, 200 vehículos especializados y 60 excavadoras defienden sin descanso las comunidades de las llamas. En Mount Beauty, otro incendio ha recobrado fuerza, con un frente de 80 kilómetros, y amenaza las poblaciones de Bogong, Feathertop y Razorback.
El otro incendio que, según los expertos, también podría haber sido provocado, ha alcanzado los barrios periféricos del sureste de Melbourne, donde los bomberos intentan salvar varios hogares de las llamas. El jefe de gobierno de Victoria, Steve Bracks, ha recordado que la piromanía está castigada con 25 años de prisión y ha asegurado que, si se encuentra al culpable, la ley será aplicada con rigor.
En Canberra, al menos nueve viviendas han resultado destruidas por el fuego en una jornada marcada por el descanso que parte de los bomberos se tomaron para recuperar fuerzas ante lo que prevén que sea un agravamiento de la situación en los próximos días. Los servicios de urgencia temen que la capital sufra de nuevo el azote de vientos y de temperaturas elevadas, como las que atizaron las llamas el pasado sábado.
Último balance
El último balance de los incendios es de cuatro muertos y de centenares de heridos, además de 451 viviendas destruidas. La mayoría de los fuegos se iniciaron hace 15 días a causa de los relámpagos caídos durante varias tormentas en medio del árido bosque, afectado por la peor sequía de los últimos 100 años. Las llamas se han visto beneficiadas por los fuertes vientos y las altas temperaturas que rigen los termómetros desde hace semanas, y se teme que éstas aumenten antes del sábado.
Además, independientemente de cómo se comporten las temperaturas o los vientos, el paisaje está tan seco que "es poco probable que el fin del infierno esté cerca", ha indicado el portavoz de los bomberos.