Los 56 países de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) asisten desde hoy a la cumbre de Doha, en Qatar, con la intención de mostrar una postura común que obligue a la comunidad internacional a frenar una inminente guerra en Irak y opte por la vía diplomática. Sin embargo, al comienzo de la reunión ha habido más enfrentamientos que cohesión.
Los representantes de Irak y Kuwait han protagonizado un enfrentamiento verbal en el que se han llegado a escuchar graves insultos. El anfitrión se ha visto obligado, incluso, a pedir calma a ambas partes.
MÁS INFORMACIÓN
- El PP cierra el paso a una propuesta que pedía más tiempo para los inspectores
- EE UU envía otros 60.000 soldados al Golfo para reforzar su despliegue ante Irak
- El régimen de Sadam prosigue la 'limpieza étnica' contra los kurdos de Irak
- EE UU planea lanzar 3.000 bombas 'inteligentes' sobre Irak en las primeras 48 horas de guerra
- Arenas dice que el voto en el Congreso muestra la cohesión del PP "en un momento difícil"
- Rusia y Francia amenazan con vetar una segunda resolución que autorice la guerra
En el discurso inaugural, el emir de Qatar, el jeque Hamad Ben Jalifa al Zani, ha pedido a los participantes "no ahorrar ningún esfuerzo para lograr una solución pacífica" e impedir una guerra "de consecuencias imprevisibles para la zona y el mundo".
Dos soluciones para Irak
En esta reunión se plantean dos soluciones divergentes para la crisis de Irak. En primer lugar, la propuesta iraní, que radica en un referéndum bajo los auspicios de la ONU para cambiar el régimen de Bagadad. La segunda proviene de Emiratos Árabes, que pretende el exilio de Sadam Husein y el establecimiento de un protectorado internacional.
En esta reunión también habrá tiempo para hablar de la grave situación que se vive en Oriente Próximo. En este sentido, el emir de Qatar ha lamentado la ausencia del líder palestino, Yasir Arafat, confinado en Ramala.