Turquía sólo enviará tropas suplementarias al norte de Irak en caso de amenaza y si existe una coordinación con Estados Unidos, según ha anunciado el jefe del Estado Mayor del Ejército turco, el general Hilmi Ozkok, durante una rueda de prensa en Diyarbakir (sureste).
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Las tropas suplementarias sólo serán enviadas si los soldados turcos que ya se encuentran en el lado iraquí de la frontera no pueden hacer frente a las posibles amenazas a la seguridad de Turquía, ha dicho Ozkok. "Dado que Estados Unidos, nuestro aliado estratégico, lucha todavía en la región, nuestra acción estará coordinada con la de Estados Unidos y se tomarán otras medidas necesarias para impedir malentendidos", ha precisado el jefe del Ejército, tras una visita de dos días a las tropas desplegadas en la frontera.
Esta afirmación se produce después de que ayer el enviado especial de EE UU para asuntos de Irak, Zalmay Jalilzad, y el Gobierno Turco no consiguieran, aparentemente, llegar a ningún acuerdo en Ankara sobre el despliegue de tropas turcas en el Kurdistán iraquí. Según fuentes diplomáticas turcas, las conversaciones están en punto muerto, ya que el Ejército turco pretende entrar en Irak no bajo mando estadounidense, sino con su propio mando autónomo.
El diario turco Daily Milliyet decía ayer que las condiciones que Washington y Ankara están a punto de cerrar son: un número no mayor a 6.000 soldados turcos, un despliegue máximo de 20 kilómetros en el interior de Irak y el repliegue inmediato tras el fin de la guerra. Ninguna fuente oficial confirmó estos detalles.
Temor de EE UU
EE UU quiere evitar enfrentamientos entre las milicias kurdas que colaboran con sus tropas en el norte de Irak y las fuerzas turcas. Ankara subrayó el lunes que su objetivo es controlar un posible flujo de refugiados desde Irak y evitar acciones terroristas aisladas. Pero detrás se oculta el temor a que los kurdos iraquíes intenten declarar un estado independiente, lo que alimentaría el sentimiento separatista entre los 12 millones de kurdos de Turquía.
El pasado día 22 fuentes militares turcas anunciaron que 1.500 soldados habían entrado en el Kurdistán iraquí para defender sus "intereses nacionales" y el ministro de exteriores turco insinuó que contaban con el apoyo de Washington. Dos días después el embajador de Turquía ante la OTAN negó tal movimiento de tropas y garantizó que su país no tiene intención de invadir la zona, en un intento de tranquilizar a sus aliados.