Las fuerzas estadounidenses y británicas han hecho una pausa en la guerra contra Irak con el objetivo de "reorganizar el campo de batalla". Así lo ve la capitana Al Lockwood, portavoz del Ejécito británico, quien no ha querido hablar de parón sino de pausa estratégica. La resistencia de las tropas iraquíes, sumada a la escasez de municiones, fuel y alimentos fundamentan esta decisión de aplazar el avance hacia la capital de Irak.
La portavoz británica ha reconocido que las fuerzas de la coalición necesitan desplegarse de nuevo antes de la próxima fase de la ofensiva hacia Bagdad. Cuestión diferente ocurre en Estados Unidos, donde el Pentágono ha negado problemas. "Todo va muy bien", ha apuntado el general Stanley McChrystaral, quien ha añadido que "el agua, la comida y las municiones son entregadas normalmente". Además, el Pentágono asegura que el envío de nuevas tropas estaba previsto antes de que comenzara la guerra y no por las complicaciones encontradas.
Incluso el jefe de la Administración estadounidense, George W. Bush, ha insistido en que la lucha "es feroz", aunque ha reiterado su seguridad en la victoria. En su discurso radiofónico de los sábados, el presidente ha reconocido no saber "cuánto durará la lucha. Sin embargo, sabemos el desenlace de esta batalla: el régimen iraquí será desarmado y derrocado. Pronto Irak será libre".
La "pausa" se produce después de una jornada muy dura. El viernes se lanzaron unos 700 ataques aéreos, la mayoría de ellos para apoyar a las fuerzas de tierra, y 200 apuntaron a objetivos previamente planeados.
Más 'fuego amigo'
Pese a todo, hay malas noticias para los aliados. Hoy se ha producido otro nuevo caso de fuego amigo. Un soldado británico ha muerto y otros cuatro han resultado heridos por esta causa cerca de Basora. Con éste, ya son 23 los británicos que han perdido la vida en Irak. Además, otro soldado norteamericano murió al estrellarse el vehículo en el que viajaba. De esta nacionalidad, han perdido la vida ya 29 efectivos.
Pero no todo son buenas nuevas para el régimen iraquí. Basora sigue asediada por las tropas angloamericanas. Allí se ha destruido a lo largo del día una torre de emisión de radio y televisión, así como una estatua del presidente iraquí. Cerca de allí, los cazas estadounidenses han bombardeado tres lanzaderas de misiles. Además, fuentes de los servicios de inteligencia británicos sostienen que el general Mosahim Saab al Takriti, primo de Sadam Husein, ha sido destituido por los errores y la mala actuación de sus unidades frente a las fuerzas aliadas.
'Químico Alí', al mando en el sur
Si los aliados mueven sus piezas sobre el terreno, el régimen iraquí también. El Pentágono teme que las tropas iraquíes del frente sur estén bajo las órdenes del general Ali Hassan Al Majid, conocido como Químico Alí por su presunta responsabilidad en el uso de armas químicas contra la población civil en los 90, unas acciones que acabaron con las vidas deunas 100.000 personas.
"Esta es una increíblemente cruel figura, es un hombre que sabe cómo manejar todos los instrumentos de terror y crueldad para lograr sus objetivos", ha apuntado Peter Galbraith, diplomático estadounidense. El temor de Wasshington es que Químico Alí esté planteándose utilizar armamento químico.
Refugiados
Los iraquíes no han huido en desbandada hacia los países limítrofes y las organizaciones humanitarias que han preparado campos de refugiados al otro lado de las fronteras siguen esperando en los campamentos vacíos las avalanchas humanas que aún no han llegado. No sólo eso, sino que el tráfico es en sentido contrario. Desde Jordania salen todos los días en dirección a Irak autobuses cargados con jóvenes voluntarios dispuestos a enrolarse en las tropas de Sadam y enfrentarse a los soldados de la coalición. En la mayor parte de las ciudades iraquíes, hasta los enemigos históricos del presidente, como los jefes de los clanes shiíes del sur, se ofrecen para combatir juntos al enemigo invasor.