La Administración Bush tiene previsto pedir a la ONU el levantamiento gradual de las sanciones contra Irak, manteniendo por el momento la supervisión por parte de la ONU de las ventas de petróleo, pero transfiriendo otras competencias económicas a la nueva autoridad iraquí que se creará en los próximos meses, según publica hoy el diario The New York Times citando a fuentes de altos cargos estadounidenses.
El levantamiento de sanciones en fases ha sido descrito como la última táctica de Estados Unidos para contar con la aprobación de Francia, Rusia y de otros miembros del Consejo de Seguridad, que se opondrían al levantamiento de sanciones si la ONU no desempeñara un papel más relevante que el apuntado por Washington.
Algunos miembros del Gobierno estadounidense temen que en caso de veto sobre el levantamiento de sanciones, las ventas de petróleo iraquí no sometidas a la supervisión de la ONU sean consideradas como ilegales.
Los diplomáticos ante la ONU afirman que existe una gran confusión sobre cómo puede Irak recuperar la normalidad ahora que la guerra ha terminado. Francia ha pedido un papel "central" de la ONU Y Londres asegura que quieren un papel "vital", pero estas intenciones no se han materializado por escrito.
Una de las cuestiones más polémicas es decidir la próxima fase del programa Petróleo por Alimentos, que actualmente distribuye alimentos al 90% de los iraquíes.