El jefe del Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, animó anoche a los empresarios estadounidenses a invertir en Italia con el ejemplo de su fructífera trayectoria como hombre de negocios y con argumentos tan peregrinos como que "ya quedan pocos comunistas" en el país y que las secretarias italianas tienen una "belleza sin igual".
Ante un selecto auditorio que se había cita en una de las salas de Wall Street, sede de la Bolsa neoyorquina, Berlusconi presentó a Italia como "el país más americano de Europa" y tentó a los posibles inversores con la belleza "sin igual" de las secretarias italianas, lo que provocó una sonora carcajada entre el respetable.
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Pero la cosa no quedó ahí. Tras referirse a su Gobierno como el "salvador" de un "Estado a la deriva", el líder conservador expuso como otro de los atractivos para hacer negocios en su país la presencia cada vez menor de los comunistas. "En Italia existía el primer partido comunista de Occidente, con el 34% de los votos, pero hoy sólo tiene el 16% y sus líderes dicen que no han sido nunca comunistas. Ésta es una buena razón para mirarnos con simpatía", ha subrayado Berlusconi.
Críticas a los "jueces izquierdistas"
Berlusconi se explayó en explicaciones sobre la financiación de la antigua URSS al Partido Comunista Italiano (PCI), cuyos principales herederos, los Demócratas de Izquierda (DS), del ex primer ministro Massimo D'Alema, se mueven hoy con postulados socialdemócratas. Después se detuvo en su "sacrificado" aterrizaje en política ("para salvar la libertad y la democracia", según sus propias palabras) y volvió a criticar a los "jueces izquierdistas" que le han sometido a diversos procesos, además de ponerse como ejemplo de gran empresario.
"Italia es un país extraordinario para hacer negocios ahora y la prueba es que el presidente del Gobierno ha invertido allí todo su dinero, creo que este es un buen argumento". Berlusconi, magnate de la televisión privada y el hombre más rico de Italia, no perdió la ocasión para vanagloriarse de su proamericanismo al afirmar que "Italia y EE UU nunca habían estado tan cerca como ahora". También subrayó la admiración de los italianos por el modelo de vida americana y dijo que "Italia es el país más americano de Europa y en el que hay menor envidia, ya que a los empresarios de éxito se les mira con simpatía y admiración, mientras que desde el resto de Europa se hace con sospecha".
Con su habitual tono jocoso, que tantos disgustos le ha causado en los últimos tiempos, se atrevió a decir a los empresarios que le escuchaban en Wall Street: "Venid a morir a Italia, porque mi Gobierno ha abolido el impuesto de sucesión". Y por si este reclamo no fuera suficiente, ofreció a su auditorio una última razón para captar sus capitales: "Además de buen tiempo, tenemos bellísimas secretarias y guapísimas muchachas".