Muammar el Gaddafi ha cerrado hoy otra de las cuentas que tenía pendientes con la comunidad internacional. Esta mañana, Libia y los familiares de las 170 víctimas del atentado contra un avión de la compañía UTA en 1989 han firmado un acuerdo de indemnización en París, según ha informado la BBC. Cada uno de los herederos recibirá un millón de dólares.
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La firma se produce tras meses de difíciles negociaciones con la Fundación Gadafi, presidida por Saif al Islam, uno de los hijos de Gadafi y abre la puerta al relanzamiento de las relaciones entre París y Trípoli. De hecho el ministro libio de Exteriores, Abdelrahman Chalgham, se reunirá esta tarde en París con su colega francés, Dominique de Villepin, antes de acudir al Elíseo para un encuentro con el presidente Jacques Chirac.
El DC-10 de la compañía aérea UTA estalló sobre el desierto de Níger en septiembre de 1989, causando la muerte de sus 170 ocupantes de 17 nacionalidades, de ellos 54 franceses. En 1999, un tribunal francés condenó por el atentado, y en rebeldía, a seis agentes secretos de Libia, incluido un cuñado del líder libio.
Campaña de concesiones
En septiembre pasado, las familias de las víctimas y la Fundación Gadafi habían llegado a un preacuerdo, que permitió que Francia no vetase en la ONU el levantamiento de las sanciones internacionales decretadas contra Trípoli en 1992. Sin embargo, las partes no llegaron a un acuerdo definitivo en el mes de plazo que se habían marcado.
Las negociaciones se reanudaron con altibajos y sólo después de que Chirac amenazara con "consecuencias" en las relaciones bilaterales si Trípoli no respetaba sus compromisos. El acuerdo se enmarca además en una campaña de concesiones del líder libio para reconciliarse con occidente y que, según la prensa israelí, podría concluir incluso con el establecimiento de relaciones diplomáticas con el Estado judío.