Las fuerzas de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Tulkarem vuelven a armase por primera vez en casi dos años por orden de su presidente, Yaser Arafat, para evitar un baño de sangre entre clanes y las facciones armadas que amenazan con tomar el control de Cisjordania.
"El gobernador (de Tulkarem) y yo informamos al presidente sobre la situación y él ordenó que se repartieran armas entre los miembros de las fuerzas de seguridad", ha dicho Mahmud Yadala, alcalde de la ciudad de Tulkarem. La situación de Tulkarem se repite en varias ciudades cisjordanas en las que los clanes y facciones armadas se han alzado con el poder en medio de una creciente anarquía.
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Cinco meses de revanchas
Varios clanes de Tulkarem, relacionados también con las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, están enzarzados en una cadena de ataques y revanchas desde hace cinco meses cuando el enfrentamiento entre dos familias acabó con la muerte de sus cabecillas y miembros de la organización, Saleh Naser y Fada Tiraui.
"Necesitábamos que el presidente emitiera instrucciones claras a las fuerzas de seguridad para detener a esas personas y si se niegan a entregarse, abrir fuego", ha dicho el alcalde. El alcalde ha afirmado que se trata de una decisión tomada unilateralmente, al margen de Israel, porque "ellos no tienen ningún interés en que volvamos a la calle e impongamos el orden".
Desde la Operación Muro de Defensa en abril de 2002, en la que el Ejército israelí invadió toda Cisjordania, las fuerzas de seguridad de la ANP desaparecieron de las calles.