Los abogados de oficio asignados a principios de septiembre al ex dictador Slobodan Milosevic, en contra de la voluntad de éste, por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) han solicitado abandonar la defensa del ex dictador. El británico Steven Kay y su ayudante Gillian Higgins aducen que no pueden seguir defendiendo al ex presidente serbio sin contar con su colaboración ni con la de los testigos de cargo.
Kay, impuesto el pasado 2 de septiembre a Milosevic, considerado "no apto" debido a su estado de salud para ejercer él mismo su defensa, ha pedido al TPIY que destituya a su equipo de sus funciones. El tribunal tiene que decidir ahora si acepta o rechaza esta petición.
El pasado 21 de septiembre, la Cámara de Apelación del TPIY, a petición de Kay, examinó la decisión de los jueces de nombrar abogados de oficio para el ex hombre fuerte de Belgrado. Se desconoce cuándo se pronunciará al respecto ese órgano. Durante la audiencia, el abogado expresó su impotencia para llevar a cabo sus tareas ante el rechazo a cooperar de su "cliente" y de los testigos de cargo. "Mi equipo y yo mismo somos incapaces de cumplir nuestras funciones", declaró Kay. Más de la mitad de los testigos con los que ha hablado Kay se niegan a declarar si el interrogatorio no es conducido por el propio Milosevic.
El proceso contra Milosevic, iniciado en febrero de 2002, ha sido suspendido una docena de veces, debido a los problemas de hipertensión crónica del acusado. El juicio está suspendido hasta el próximo 9 de noviembre por falta de testigos disponibles para declarar. Milosevic, de 63 años, está acusado de crímenes de guerra, lesa humanidad y genocidio presuntamente cometidos durante las guerras balcánicas de Kosovo, Croacia y Bosnia.