Los asesinos confesos del pequeño Tommaso Onofri, el niño italiano de 18 meses secuestrado hace un mes y cuyo cadáver apareció el sábado por la noche, se enfrentan a las acusaciones de secuestro, homicidio y ocultación de cadáver, informaron hoy fuentes judiciales.
Mario Alessi y Salvatore Raimondi, arrestados el sábado junto a la esposa del primero, Antonella Conserva, confesaron tras su detención que mataron al pequeño poco después de raptarlo, golpeándole con una pala porque lloraba.
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En una conferencia de prensa, el fiscal jefe de Bolonia, Enrico Di Nicola, explicó que Alessi y Raimondi deberán afrontar los cargos de homicidio y ocultación del cuerpo, mientras que Antonella Conserva está por ahora acusada de complicidad en el secuestro, quedurante un mes acaparó la atención de todos los medios del país.
Posible cómplice
El coordinador de la Dirección Antimafia de Bolonia, Silverio Piro, detalló que la Policía halló durante un registro un plano que indicaba el lugar donde los secuestradores tenían pensado encerrar al pequeño, así como otro emplazamiento en el que supuestamente se habría efectuado el pago de un eventual rescate. Piro también aseguró que los acusados constituían una banda de secuestradores "de nivel ínfimo".
La Policía investiga ahora si en el secuestro actuó como cómplice una cuarta persona, Pasquale Giuseppe Barbera, de 32 años, titular de una pequeña empresa de albañilería que contrató a Alessi para restaurar la casa de los Onofri.
El trágico final del secuestro del pequeño Tommaso ha suscitado numerosas reacciones de condolencia en toda Italia, después de que el cuerpo del niño fuera encontrado el sábado oculto entre las piedras del río Enza, en las cercanías de la casa familiar. Los secuestradores confesaron a la Policía que pretendían extorsionar al padre de Tommaso, director de una sucursal de la caja postal.