El Gobierno británico, reunido de urgencia para abordar la crisis, ha otorgado a las autoridades locales la potestad para clausurar los senderos rurales y los caminos privados con el fin de impedir la difusión de la enfermedad, detectada la semana pasada tras 20 años inactiva, y que ya ha forzado el sacrificio de 30.000 animales.
Esta limitación del tránsito humano por las zonas rurales trata de impedir que el hombre se convierta en transmisor de una enfermedad que no le afecta pero que es muy contagiosa entre el ganado de pezuña hendida (cabras, ovejas, cerdos y vacas).
"Nuestro consejo sigue siendo que se adopten las precauciones necesarias en el campo y que se eviten todas las visitas no estrictamente necesarias a las granjas, y en particular el contacto con el ganado", ha explicado el ministro de Agricultura, Nick Brown.
Otra de las decisiones contudentes ha sido la suspensión durante los próximos siete días las carreras de caballos, una medida preventiva que también se adoptó en 1967 por espacio de tres meses, cuando el país se vio afectado por un brote de esta infección.
Asimismo, la prohibición de transportar animales se ampliará dos semanas más a partir de este viernes y el cierre de mataderos continuará hasta que mejore la situación. El ministro Brown ha explicado que todavía no se va a exportar carne al extranjero y que esto solamente sucederá cuando "se extinga la enfermedad y tengamos garantías y estemos seguros que se ha extinguido". "Deberemos demostrar que esta enfermedad ya no está en el Reino Unido", ha concluido.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha impuesto zonas de exclusión en las áreas afectadas para evitar que el mal se propague por todo el país, aunque habrá que esperar varios días para saber con exactitud si se ha podido controlar la situación.
Suspensión del Irlanda-Gales de rugby
La alarma desatada en el Reino Unido se ha propagado también a los países vecinos: la Federación irlandesa de rugby ha confirmado el aplazamiento del encuentro correspondiente a la tercera jornada del torneo Seis Naciones, entre las selecciones de País de Gales e Irlanda, que se iba a disputar el próximo sábado en Cardiff, debido a los riesgos de contagio de la fiebre aftosa.
La federación responde así a la petición del Gobierno irlandés, que se había dirigido a ella para solicitar dicho aplazamiento. Dublín teme que la afluencia de aficionados galeses pudiera traer consigo el virus de la fiebre aftosa que afecta a buena parte del territorio británico, porque a pesar de que no afecta a los humanos, éstos sí que pueden transmitirlo.
La aftosa es un mal que causa ulceraciones alrededor de los morros y las pezuñas de los animales, pero no provoca su muerte, aunque sí los debilita, porque dejan de ganar peso y de producir leche.
Además del brote en Durham, hoy se han confirmado casos en Anglesey, en el norte de Gales, y los otros tres en Lancashire, Durham y Northamptonshire, en el norte de Inglaterra.
De los otros doce brotes confirmados, cuatro están en explotaciones agrícolas en Essex, sudeste de Inglaterra; tres en Northumberland, nordeste; tres en Devon, sudoeste, uno en Wiltshire, sur, y uno en Herefordshire, en las afueras de Londres.