La DGT culpa a las distracciones de la mayoría de los accidentes de tráfico. Sin embargo, para el obispo de Lleida, Francesc Xavier, son producto de una vida disoluta. En la hoja que repartirán las parroquias de su diócesis el próximo domingo, relaciona los siniestros con la necesidad de llevar una vida "armónica".
En la hoja, Francesc Xavier se refiere a las últimas noticias publicadas en los medios de comunicación sobre accidentes de tráfico e indica que "en esta carrera mortal de la carretera, es mejor prevenir que curar. Una buena conducción es normalmente fruto de una vida armónica. No hay duda de que una buena conducción exige comer y beber con moderación".
"Peregrinos por la vida"
A su juicio, "las actitudes agresivas, no cuidar adecuadamente el vehículo, la velocidad, la falta del necesario descanso contribuyen as un desequilibrio de la persona. Escuchar una música agradable, disfrutar del paisaje, pensar en el reencuentro familiar, unos momentos de plegaria: todo puede ayudar a conducir con paz y serenidad".
El obispo de Lleida añade que "un viaje no se tiene que convertir en una carrera, ni en una prueba de nervios, ni en una exhibición de máquinas, ni en un desafío de las leyes de circulación, sino en un acto humano". "Un viaje es una situación que nos recuerda nuestra condición de peregrinos por la vida, junto a otras personas", señala Francesc Xavier.