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VIOLENCIA DOMÉSTICA

Sentencian a 16 años de cárcel a un hombre que roció a su esposa con gasolina y luego la quemó

El fallo considera probada la intención de matar y reprocha al acusado su "actitud desafiante e indiferente ante la angustiosa situación de la víctima"

La Audiencia de Sevilla ha condenado a 16 años y medio de cárcel a un hombre de 52 que roció a su esposa con gasolina y le prendió fuego. La sentencia de la Sección Tercera condena a J.S.H. por un delito de asesinato en grado de tentativa porque considera probado que pretendía matar a su esposa después de que ella se negase a mantener relaciones sexuales en la noche del 14 de mayo de 2000 en su domicilio de Algámitas (Sevilla).

El veredicto incluye una indemnización de 97.637 euros a la esposa, que como consecuencia de la agresión ha quedado con "cicatrices feas, antiestéticas e hipertróficas visibles en la cara, cuello y manos", además de señales en todo el cuerpo y limitación de la movilidad en el hombro, cuello y codo. En la sentencia, se reprocha su actitud "desafiante" e "indiferente" ante la "angustiosa situación" de la víctima mientras era auxiliada por vecinos.

Los jueces rechazan el argumento del acusado de que sólo "salpicó" a su esposa y consideran demostrado que le roció la cabeza y cuerpo con el contenido de una botella de gasolina, y niegan que la víctima se prendiese con una estufa situada en el suelo porque la mayor parte de las quemaduras estarían en las piernas, que no es así.

La esposa, R.C.R., de 46 años, sufrió quemaduras en el 70% de su cuerpo, estuvo 94 días hospitalizada en la Unidad de Quemados del hospital Virgen del Rocío y permaneció 495 días en tratamiento médico. Desde entonces sufre un síndrome depresivo postraumático, según la sentencia. Las llamas alcanzaron a su hijo de 16 años, que tiene parálisis cerebral, estaba sentado en su silla de ruedas y sufrió quemaduras en las piernas y rodillas de las que tardó en curar 178 días.

Intención de matar

La sentencia considera demostrada la intención de matar porque el acusado, al ver que su esposa salía a la calle pidiendo auxilio, "permaneció impasible ante su angustiosa situación, sin hacer ningún gesto de intentar socorrerla o aliviar su dolor".

Durante su declaración ante los jueces, la víctima, madre de cinco hijos, relató que su marido "era muy violento, nos pegaba a todos y gritaba cuando alguien le llevaba la contraria" y añadió que el detonante de la agresión con gasolina fue que el acusado no había conseguido abrir la puerta de la casa con su llave, tras pasar el día en la romería del pueblo.