Un total de 46 personas entre curas, profesores laicos y educadores dentro de la orden de los jesuitas en Alemania son sospechosos de hasta 205 casos de abusos sexuales y violencia sobre menores. Así lo asegura el "documento final" elaborado por una comisión nombrada por los jesuitas encargada de investigar, desde enero, los abusos ocultados sistemáticamente durante décadas, desde los años 50 hasta los 80, dentro de las escuelas jesuitas.
El informe, presentado esta mañana en Múnich, recopila en unas 30 páginas el trabajo de estos meses de la comisión coordinada por la abogada laica Ursula Raue, experta en violencia contra menores. "En total, han llegado 205 denuncias que se refieren a los jesuitas y otras 50 acerca de casos de otras órdenes, la mayoría católicas", escribe Raue en el informe. Los casos denunciados involucran a seis instituciones educativas, entre ellas el colegio Canisius de Berlín (que fue el primero en denunciar los abusos el pasado mes de enero) y la escuela Sankt-Ansgar y el colegio Aloisius, ambos en Hamburgo.
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De los 46 educadores citados por las víctimas, en particular 12 habrían sido mencionados como abusadores por un gran numero de alumnos (algunos hasta por 40 víctimas). Las investigaciones sobre esos 12 siguen abiertas, aunque seis de ellos murieron. Los otros 34, según explica el informe, fueron citados por una sola persona.
Fue precisamente el colegio jesuita Canisius de Berlín el primero en hacer públicos, en enero, casos de abusos sexuales cometidos en sus instalaciones. Desde entonces, el país ha asistido a un goteo casi diario de denuncias que han salpicado a algunas de sus instituciones educativas más prestigiosas e incluso al papa Benedicto XVI.
Raue ha dicho que muchas de las victimas (algunas de las que denunciaron tienen hoy más de 70 años y contaron su historia por primera vez) sufrieron durante toda su vida graves consecuencias psicológicas de los abusos padecidos, como "experiencias de vida dramáticas, depresión, pánico, problemas en la esfera sexual y en particular con la pareja", ha manifestado la abogada, que ha utilizado palabras muy duras para referirse al hecho de que la orden ocultó durante décadas a los responsables, cambiándoles de sitio y desoyendo a las víctimas.