Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
UN CRÉDITO DESBLOQUEA EL CONFLICTO

Desbandada inminente en el campamento de Sintel

Los trabajadores, que recibirán entre 1,1 y 1,3 millones, se preparan para hacer las maletas

El campamento de Sintel pasará a la historia este fin de semana. Los empleados preparaban ayer sus mejores galas para asistir hoy a la asamblea que previsiblemente ratificará el plan del Gobierno para desbloquear el conflicto. La desbandada general se prepara para mañana. Un crédito de 2.500 millones de pesetas va a permitir que los trabajadores de Sintel den hoy el definitivo al plan propuesto por el Gobierno para poner fin a su ya larga reivindicación.

Los trabajadores de Sintel, constituidos en una sociedad civil, han solicitado un crédito de 2.500 millones al BBVA que, según fuentes de CC OO, se formalizará hoy. Con este dinero pagarán a cada trabajador entre 1,3 y 1,4 millones de pesetas en concepto de adelanto por los salarios que la empresa les debe desde hace 11 meses, al estar en suspensión de pagos.

El crédito cuenta con el aval de los 4.000 millones de pesetas que el Fogasa (Fondo de Garantía Salarial), dependiente del Ministerio de Trabajo, les entregará para pagar sus atrasos, según establece la ley en casos de empresas insolventes. Además, esta sociedad recibirá otros 25.000 millones de pesetas más adelante para gestionar las prejubilaciones, algo a lo que se comprometió el Gobierno en su oferta. Estas cantidades confieren a la sociedad solvencia económica suficiente.

Oferta del Gobierno

El Ejecutivo lanzó el pasado 19 de julio una oferta para recolocar, con la ayuda de Telefónica, a la mitad de la plantilla de Sintel (entre 800 y 1.000 trabajadores) en empresas del sector. El coste total del plan asciende a 29.000 millones de pesetas. Pero los sindicatos exigieron una serie de condiciones para aceptar la oferta. La última de ellas consistía en un crédito que les permitiese ir cobrando lo que se les adeuda hasta que el Fogasa abone los 4.000 millones.

La fórmula de un crédito con una entidad financiera se decidió después de barajar otras alternativas, como solicitar un crédito al Instituto de Crédito Oficial, dependiente del Ministerio de Economía. Fuentes sindicales aseguran que el ministerio rechazó esta solución y se optó por que fueran los trabajadores quienes suscribieran el crédito.

El acuerdo definitivo del Gobierno con los sindicatos incluye también el compromiso gubernamental de favorecer a los trabajadores en el convenio de acreedores de la empresa, que está en quiebra desde mayo. Según los sindicatos, el Gobierno renunciará a cobrar el dinero que debe Sintel a Hacienda y a la Seguridad Social. A cambio, cederá estas cantidades a los trabajadores. CC OO aseguró ayer que otra de las posibilidades previstas es recolocar a una mínima parte de la plantilla de Sintel en empresas públicas.

Al campamento de la esperanza, vivienda improvisada de los trabajadores de Sintel desde el mes de enero, todas estas noticias llegaban de forma dispersa. Pero eso no fue obstáculo para que un sentimiento de exaltación se adueñara del campamento y que los trabajadores empezaran a festejar con cava la pronta retirada de La Castellana. Como preludio del inminente cambio de residencia, los habitantes del campamento se anticiparon ayer a preparar sus maletas. "Mañana, desbandada general", repetían los trabajadores.

Muchos de ellos hacían cola en las duchas en la que probablemente sería la última visita a los sanitarios del campamento. Pablo Tomás decidió afeitarse la barba que llevaba desde hace seis meses. Prometió no quitársela hasta que se le pagara lo adeudado. No era el único que mostraba su regocijo. Los habitantes del campamento formaban corrillos y charlaban animadamente sobre las noticias que iban llegando. Gran parte de ellos seguía atentamente por televisión las informaciones sobre su antigua empresa.

No obstante, algún descontento se quejaba de lo precipitado de la decisión y proponía aguantar hasta que hubieran cobrado los salarios. "Si hemos resistido seis meses, ¿por qué no vamos a poder aguantar seis y medio?".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 3 de agosto de 2001