Para el Pontífice, la única salida capaz de dar una esperanza de paz es que se entable una negociación con la ayuda de la comunidad internacional. El Papa expresó su dolor por la situación de violencia inaudita, que continúa causando víctimas, especialmente entre la población civil, y que no respeta ni siquiera los lugares santos.
Por la tarde, el líder palestino fue recibido por el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, que le aseguró los buenos oficios de Italia "para abrir posibilidades concretas de paz". Arafat pidió que Italia interceda para que se envíen observadores internacionales, como la ONU ha hecho en diversas regiones donde hay conflictos.
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[Antes de abandonar Italia, en el aeropuerto de Ciampino, Arafat ofreció a Israel "un alto el fuego inmediato" para detener la violencia e insistió en su compromiso de continuar adelante con el proceso de paz, informa Efe. "El idioma de la violencia y de los bombardeos no sirve a los intereses de nuestros pueblos", aseguró el dirigente].
Sin embargo, Israel insiste en mantener su dureza. Sus soldados mataron ayer a un palestino y secuestraron a otro en Cisjordania, ambos, del movimiento Al Fatah, que lidera Arafat, e hirieron a otros tres en Gaza. Mientras, el Gobierno de Ariel Sharon rechazaba las críticas de la comunidad internacional a sus "ataques preventivos".
La víctima mortal de ayer fue Firaz Abdel Jak, de 23 años, al que los soldados dispararon -según fuentes militares israelíes- cuando colocaba una carga explosiva en la carretera que conduce al monte Eival desde Nablús. Su acompañante, que resultó herido, logró huir a una zona bajo control total palestino y fue ingresado en el hospital Rafidia de la ciudad.
Al norte de ese distrito, en el límite con el de Yenín, el Ejército israelí secuestró por error a un miembro de Al Fatah. Murad Besharat, de 22 años, fue confundido con un joven que el día anterior había intentado un atentado contra un autobús al sur de Jerusalén y que fue frustrado por las sospechas del conductor. Poco después recuperó la libertad. Al finalizar la tarde, el Ejército hizo una incursión en el sector de Deir al-Bala, en la franja de Gaza, donde tres tanques abrieron fuego hiriendo a tres palestinos.
Tanto los israelíes como los palestinos están en alerta, una alerta que linda con la psicosis. Los organismos de seguridad israelíes y palestinos han incrementado la protección que rodea a sus políticos y militares. Los dirigentes de Hamás, víctimas de la operación "preventiva" israelí del pasado martes, que dejó ocho muertos, ha pasado a la clandestinidad. Muchos de ellos han abandonado sus casas, y otros se cuidan de no hablar por teléfono (aparatos en los que el Ejército israelí ha colocado en el pasado explosivos accionados a distancia) o cambian de coche.
Sharon volvió a rechazar las críticas internacionales: "La actual política de seguridad tal vez no me entusiasme, pero es la mejor solución a los problemas que afrontamos ahora".
[Arafat denunció anoche que el Ejército israelí bloqueó el paso al convoy que lo trasladaba desde el aeropuerto de Rafah hasta Gaza, a su regreso de Italia, como una muestra, dijo, de la "escalada israelí en todas las regiones palestinas", informa Efe].
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 3 de agosto de 2001