Los informes de balística concluyen que uno de los subfusiles intervenidos el miércoles en Zizurkil al comando Buruntza fue utilizado para asesinar al jefe de la Unidad de Inspección de la Ertzaintza en Guipúzcoa, Mikel Uribe Aurkia. A falta de un segundo estudio más detallado de este arma corta y de los casquillos encontrados en el lugar del crimen, parece seguro que este grupo, al que la Ertzaintza considera el 'núcleo' del complejo Donosti, fue el que ametralló al agente. Uno de los detenidos ya ha reconocido durante los interrogatorios la participación del comando en el atentado.
Uribe recibió nueve tiros -en su coche impactaron otros 19 balazos- el 14 de julio cuando iba a cenar con su cuadrilla de amigos, como hacía todos los sábados, en la sociedad Zazpibide de Leaburu, localidad distante apenas 12 kilómetros de Zizurkil, donde los terroristas habían fijado su centro de operaciones.
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Los subfusiles Matt, de fabricación francesa, figuran entre el abundante armamento requisado a los terroristas en la operación. El comando disponía además dos pistolas Sig Sauer y otras dos HS, dos fusiles de asalto Cetme, una escopeta con los cañones recortados, lanzaderas y numerosas granadas Mecar, además de 185 kilos de dinamita. La policía sospecha que una de las Sig Sauer fue el arma empleada por los terroristas en julio de 2000 para asesinar al ex gobernador de Guipúzcoa Juan María Jáuregui en un bar de Tolosa.
La Ertzaintza mantiene abierta la operación contra este comando y busca a una persona que huyó de Zaldibia el mismo día de su desarticulación. El fugitivo es Odei Galarraga, quien pudo escapar en un coche que la banda guardaba en un garaje de esta localidad guipuzcoana utilizado como taller para montar los coches bomba.
Los siete detenidos por su presunta pertenencia a ETA siguen arrestados en dependencias de la Ertzaintza y serán trasladados mañana a la Audiencia Nacional. El juez Baltasar Garzón, quien firmó las órdenes de detención, amplió el periodo de incomunicación hasta mañana a petición de la policía vasca.
Según contaba ayer el diario Gara, la Ertzaintza aparcó supuestamente una furgoneta en las inmediaciones del piso alquilado por los terroristas en Zizurkil para vigilar durante unos dos meses a sus ocupantes, entre ellos a los dos presuntos liberados (terroristas a sueldo) del comando, Javier Makazaga y Santiago Vicente Aragón.
[El niño de 16 meses herido en la explosión del pasado lunes en San Sebastián al estallar un juguete bomba continúa en estado grave, precisa de ventilación mecánica y está fuertemente sedado].
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 25 de agosto de 2001