Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
ESCÁNDALO FINANCIERO

Un informe reveló un 'agujero' de 4.518 millones un mes después de rechazada la intervención

Los técnicos de la CNMV informaron de que Gescartera entregó certificados de liquidez falsos

Los consejeros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores descartaron intervenir Gescartera el 16 de abril de 1999 al carecer de evidencias absolutas sobre la falta de dinero, según argumentaron. Sólo un mes después, los técnicos de la dirección de supervisión redactaron un nuevo informe en el que destapaban un agujero de 4.518 millones de pesetas en Gescartera. Era la diferencia entre el dinero que la sociedad detalló que tenían sus clientes y la cantidad que efectivamente poseían en Bankinter. Además, los técnicos comprobaron que Gescartera quiso engañar a la CNMV con certificados de liquidez falsos.

Este informe tampoco consiguió que los consejeros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) adoptasen la decisión de intervenir Gescartera, una medida que se tomó dos años después, cuando el agujero superaba los 18.000 millones de pesetas y los perjudicados eran más de 2.000.

El informe resumía la situación de Gescartera a 17 de mayo de 1999, sólo un mes después de que el consejo de la CNMV rechazase la intervención de la sociedad propuesta por el director general de supervisión, David Vives, a la vista de las irregularidades contables descubiertas. El órgano de Gobierno de la CNMV sólo decidió abrir un expediente sancionador y ordenó que continuase la investigación.

Los técnicos pidieron cuentas a Gescartera y la sociedad les detalló que sus clientes tenían un saldo a favor de 5.781 millones de pesetas que liquidaban a través de una cuenta global en Bankinter. Esta entidad bancaria respondió a la CNMV que en la citada cuenta global de Gescartera tan sólo había 1.263 millones de pesetas.

Los hechos constatados que describe el informe son los siguientes:

"Se ha detectado una importante diferencia entre la liquidez de clientes informada por Gescartera y la confirmada por Bankinter, por importe de 4.518 millones de pesetas.

Las explicaciones que da la sociedad de estas diferencias, basándose en la existencia de cuentas corrientes afectas a la gestión sobre las que no tiene poder de disposición y cuyo saldo incluirían en las cifras informadas, no son coherentes puesto que:

a). Desde el primer momento trataron de engañar a los técnicos de supervisión mediante la entrega de certificados de liquidez que han resultado ser falsos.

b). No han sido capaces de facilitar un detalle de las supuestas cuentas citadas con el saldo a 30 de noviembre de 1998".

La conclusión del informe de los técnicos de la CNMV aquel mayo de 1999 era muy parecida a la que llevó a la intervención de Gescartera en junio de 2001.

"A la fecha de hoy", escribieron los responsables del departamento de supervisión de la CNMV hace más de dos años, "desconocemos el saldo real que los clientes han entregado en gestión de carteras y, en el caso de que la sociedad haya desviado parte de los fondos de clientes, el destino que ha dado a dichos fondos".

Tras numerosas reuniones y requerimientos a Gescartera, según relatan los tecnicos, y después de más de cuatro meses de supervisión, no ha sido posible obtener una aclaración convincente de las diferencias detectadas. "Consideramos prácticamente imposible que se pueda llegar a obtener a través de la sociedad", concluían.

La sociedad nunca ofreció explicaciones satisfactorias al equipo de supervisión de la CNMV. Quien dirigía aquel equipo, David Vives, tuvo que dejar la investigación el 15 de julio siguiente: "Recibimos instrucciones del presidente de dar traslado completo del expediente a un equipo formado ad hoc, bajo la dirección de Antonio Botella y como jurídico Jaime Pérez-Renovales". Este último ocupa ahora el puesto de jefe de gabinete del vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de septiembre de 2001