La secretaria de Agricultura, Ann Veneran, presentó por su parte a los senadores los planes para hacer frente a posibles ataques basados en la difusión de enfermedades de ganado y vegetales, en una sesión que se desarrolló a puerta cerrada.
Thompson trató de tranquilizar al subcomité de Salud y anunció que el programa para desarrollar una nueva vacuna contra la viruela se había acelerado y que el medicamento estaría listo a mediados del año que viene, en lugar de en el año 2005 como se había previsto inicialmente. En cuanto al riesgo de un ataque con ántrax, cuyos síntomas son difíciles de detectar porque se parecen a los de la gripe, reconoció que hacía falta 'expandir la vigilancia y preparar a los médicos en todo el país'. El ántrax es mortal si no se trata con rapidez.
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'Estamos preparados, pero queda mucho por hacer', declaró el secretario de Salud, que pidió a los senadores que aprobaran 60 millones de dólares (unos 11.000 millones de pesetas) para sumar a los 343 millones que ya están presupuestados para poner a punto las vacunas. 'Dice que estamos preparados, pero no me lo creo en absoluto', comentó, sin embargo, uno de los miembros del subcomité, el senador Robert Byrd. El secretario de Justicia estadounidense, John Ashcroft, aseguró el pasado lunes que el peligro de un ataque con armas químicas o biológicas es 'real'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de octubre de 2001