Un coche bomba estalló a las 23.55 de ayer en el recinto subterráneo del Centro Cultural Villa de Madrid, en la plaza de Colón, en pleno centro de la capital y a escasos metros de la tribuna donde los Reyes, el Gobierno en pleno y el cuerpo diplomático habían presenciado por la mañana el desfile militar del Día de la Hispanidad. El vehículo había sido trasladado por el servicio de la grúa, cuatro horas antes, hasta los depósitos que tiene en los bajos del centro cultural. 17 personas resultaron heridas leves, tras el estallido, que se escuchó a centenares de metros y que provocó una densa humareda negra.
MÁS INFORMACIÓN
- ETA asesina a tiros en Getxo a un magistrado de la Audiencia Provincial de Vizcaya
- Interior busca a otros dos miembros no fichados del 'comando Madrid'
- ETA asesina a tiros en Getxo a un magistrado de la Audiencia Provincial de Vizcaya
- La actuación siguió tras la explosión en el teatro que se halla encima del aparcamiento
- La policía no detectó el coche bomba que ETA colocó para reventar los desfiles militares
- El atentado de Madrid iba dirigido contra el desfile de la Fiesta Nacional
- 'Yo multé el coche y llamé a la grúa'
- Los sindicatos policiales critican el fallo de seguridad en el atentado de Madrid
- La policía desmantela el núcleo del 'complejo Donosti' de ETA y detiene a siete personas
- ETA acusa a Ibarretxe de intentar "secuestrar la voluntad de los vascos"
- Detenidos dos etarras del 'comando Madrid' tras atentar con un coche bomba contra un alto cargo
- "Les he visto salir corriendo de donde la bomba. Les sigo"
El coche que hizo explosión poco antes de la medianoche, fue recogido por la grúa a las ocho de la tarde en la calle de Alcántara, esquina a la calle de Ayala, en pleno barrio de Salamanca, por estar mal aparcado, según el servicio de la grúa. Enfrente hay un edificio de Telefónica. Se trata de un Ford Fiesta color blanco, con matrícula falsificada M-1053-LV, perteneciente a un vecino de Leganés (Madrid). Todos los indicios apuntan a que la autoría del atentado corresponde a ETA, según fuentes de la investigación.
Uno de los indicios es que, alrededor de las 11 de la mañana, el servicio de bomberos del Ayuntamiento de Madrid recibió una llamada en la que un hombre, que dijo hablar en nombre de ETA, informó que había colocado un coche bomba en la calle de Alcántara, cerca de un edificio de Telefónica. Los servicios policiales rastrearon esa calle, pero no descubrieron ningún vehículo sospechoso, según confirmó la pasada madrugada el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansuátegui. Este hecho se produjo minutos antes de que comenzara el desfile del Día de la Fiesta Nacional.
El Ford Fiesta, de color blanco, que escondía unos 25 kilos de explosivo, fue retirado por la grúa municipal en torno a las ocho de la tarde por estar obstaculizando un paso de carruajes, a la altura del número 26 de la calle de Alcántara. Se hallaba estacionado muy cerca de un edificio de nueva construcción perteneciente a Telefónica Móviles.
En este edificio, que apenas tiene un pequeño letrero en la fachada, están las centralitas de Ibercom, que sirven para intercomunicar a diversos entes administrativos, del Ayuntamiento y de numerosas empresas privadas. El vehículo, junto con otro también mal aparcado, fue trasladado al depósito de la grúa existente en la plaza de Colón.
Tanto la plaza como sus alrededores habían sido rastreados y limpiados por los servicios policiales hasta las 14 horas, es decir, hasta la finalización del desfile presidido por los Reyes y el Gobierno en pleno, según aseguraron fuentes policiales.
La explosión del coche bomba produjo 14 heridos, entre ellos tres policías municipales, dos policías nacionales, dos cajeras del depósito de la grúa y otros ciudadanos. La mayoría de estas personas fueron afectadas por inhalación de humo. No obstante, una de las empleadas de la empresa de grúas Emitra sufre la rotura de una clavícula, y otra compañera la rotura de una pierna, según fuentes del Samur-Protección Civil. El estallido se escuchó a centenares de metros. Los heridos fueron trasladados a los hospitales Gregorio Marañón, Clínico de San Carlos, La Princesa y Moncloa.
La explosión afectó a 67 coches y a siete grúas, según el portavoz de Bomberos, Juan Redondo. A tenor de su experiencia en este tipo de actuaciones, Redondo considera que el estallido fue provocado por un coche bomba que contenía menos explosivo que el que estalló en agosto pasado en el aeropuerto de Barajas (Madrid). Razona que en la plaza de Colón se produjo un cráter de siete metros, mientras que el socavón que hubo en el aeródromo madrileño fue de 30 o 35 metros.
Encima del aparcamiento se encuentra el Teatro de la Villa de Madrid. En ese momento se representaba Una noche de primavera sin sueño, de Enrique Jardiel Poncela. Había tres cuartos de entrada, unas 500 personas. En el centro cultural hay una exposición llamada Soldados españoles ayer y hoy y está desplegada la bandera más grande de España.
Según el alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, que acudió inmeditamente tras la explosión, el estallido se produjo en la primera planta del estacionamiento subterráneo. Dado que ocurrió en una zona reservada para el depósito de la grúa, separada del resto del aparcamiento público, la explosión no afectó a más personas que en ese momento podían estar retirando sus vehículos.
Humareda
La explosión, que provocó una densa humareda negra, causó también un socavón por el que cayó el vehículo, siempre según el alcalde, que se mostró muy cauto porque las investigaciones no habían hecho más que comenzar. El alcalde aseguró que no había muerto ninguna persona, tras haber pedido a los bomberos y a los funcionarios del Sercam y del Samur-Protección Civil que rastrearan la zona "en tres ocasiones".
El Samur y los bomberos trabajaban a las tres de la madrugada pasada en las tareas de desescombro y atención de los damnificados, mientras se montaba el hospital de campaña muy cerca del lugar donde tuvo lugar la explosión. La zona fue inmediatamente acordonada por las fuerzas policiales
Un guarda jurado del aparcamiento de la plaza que se encontraba de guardia en esos momentos entró a buscar heridos, aunque no encontró a nadie, según relató el propio vigilante.
Los servicios municipales revisaban los escombros con perros adiestrados y con un sistema de rayos infrarrojos para ver si había alguna otra víctima, aunque en un primer momento tanto el alcalde como la policía y el Samur insistieron en que no había más heridos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de octubre de 2001