Crece la alerta contra el ántrax (carbunco) en Estados Unidos. En Reno (Nevada) Microsoft confirmó ayer haber recibido una carta contaminada con la bacteria. En Florida, un portavoz de la compañía donde se registraron los primeros casos de contagio, informó sobre cinco nuevos afectados. El pánico ante un posible ataque bacteriológico está dificultando la investigación. La policía y los agentes federales se han visto desbordados por falsas alarmas de paquetes contaminados. El resultado es el caos y la confusión pese a los llamamientos a la calma de Washington y Nueva York.
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El gobernador de Nevada, Kenny Guinn, informó ayer por la tarde que la carta dirigida a Microsoft contenía restos de ántrax. Las diez personas que manipularon el correo no presentaban síntomas de contagio pero estaban siendo examinadas. "Existe un riesgo muy mínimo para la salud pública", dijo Guinn. La carta procedía de Malaisia y contenía un cheque y fotos pornográficas que tenían un aspecto "húmedo". Una de las fotos resultó ser la portadora de la bacteria. No se dieron a conocer más detalles sobre su procedencia.
En Boca Ratón (Florida), un portavoz del grupo de prensa American Media, aseguró que otros cinco empleados habían dado positivo en análisis de ántrax. El FBI no confirmó esta información y se limitó a decir que sólo se trataba de una "seria posibilidad". American Media registró los tres primeros casos de contagio, la semana pasada. El 5 de octubre el editor gráfico de uno de sus semanarios, murió tras haber respirado esporas de la bacteria.
Otro caso detectado el viernes, en las oficinas de Sony Pictures en Culver City (California) resultó ser una falsa alarma. Uno de los empleados sigue, sin embargo, hospitalizado, aquejado de problemas respiratorios
En Nueva York, la investigación aportó ayer nuevas pruebas. La carta que contaminó a la empleada de la NBC se envió el pasado 18 de septiembre desde Trenton (New Jersey). Permaneció en un pila de correo hasta que Erin O' Connor, la ayudante del presentador Tom Brokaw, la abrió y descubrió partículas granulosas marrones en las que se detectaron restos de ántrax cutáneo. O'Connor, de 38 años, bajo tratamiento antibiótico, descansaba ayer en su casa. Un portavoz de la cadena no quiso confirmar que otra empleada, que padece una ligera fiebre, también resultara afectada.
En un principio el FBI pensó que el ántrax había llegado a través de un correo recibido por la televisión el 25 de septiembre, muy similiar a otro descubierto en el New York Times. En ambos casos, se trata de cartas anónimas fechadas en la localidad de San Petersburgo (Florida) que incluyen mensajes escritos en grandes mayúsculas, con la misma letra. Una de ellas menciona atentados contra el presidente Bush y las torres Sears de Chicago.
En su habitual discurso radiofónico, el presidente George Bush intentó de nuevo tranquilizar los ánimos. "Entiendo que muchos norteamericanos estén inquietos, pero que se tranquilicen. Estamos tomando todas las precauciones", dijo Bush. "El país está en alerta y el gran poder de la nación americana se hará sentir".
Aún sin pruebas, Washington ha empezado a responsabilizar a Osama Bin Laden de los contagios. En una entrevista a la televisión pública PBS, el vicepresidente norteamericano, Dick Cheney, aseguró que la única forma de llevar a cabo la investigación de "forma responsable" era relacionar al millonario de origen saudí con los casos de ántrax.
Falsas o auténticas, todas estas alarmas están sembrando el caos. Agudizán todavía más la proverbial falta de contacto y coordinación entre la policía y las agencias federales de investigación. El New York Times reveló ayer que el FBI tardó dos semanas en analizar una de las cartas sospechosas y que, finalmente, resultó inocua. Barry Mawn, el jefe del FBI en Nueva York, dijo que desde los atentados del 11 de septiembre no dan abasto con las centeneras de denuncias, muchas de ellas sin fundamento.
Los neoyorquinos, que ya después de los atentados empezaron a comprar máscaras antigás, se precipitaron ayer a los hospitales para conseguir tratamientos contra el ántrax. En la ciudad ya se han agotado las existencias de Cipro, el antibiótico más usado contra la bacteria. "Por favor, no vayan a emergencias a menos que sea realmente necesario", pidió el alcalde Rudolph Giuliani.
Ahora cualquier cosa despierta el miedo. Un vuelo de US Airways entre Carolina del Norte y Denver, realizó un aterrizaje de emergencia en Indianápolis, después de que uno de los pasajeros detectara polvos sospechosos. Resultó ser mucha paranoia y otra falsa alarma.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 14 de octubre de 2001