El mundo financiero argentino vivió ayer una de las peores jornadas que se recuerdan, sólo comparable, según varios economistas, con la angustia que vivió el país con la hiperinflación de finales de los ochenta. El riesgo país, que mide la confianza de los inversores, superó la barrera de los 2.100 puntos mientras la Bolsa de Buenos Aires llegó a caer un 5%, para recuperarse a última hora con un alza del 1,8% por la esperanza en que se logre un acuerdo político y que el Gobieno no demore más su plan económico. El vecino mercado de São Paulo retrocedió un 3,1%, y México, un 1,2%.
MÁS INFORMACIÓN
- La falta de acuerdo entre el Gobierno y las provincias retrasa el nuevo plan económico
- La nueva caída de la confianza del consumidor de EE UU da otra sacudida a las bolsas
- El abismo argentino
- Putin quiere aprovechar la crisis tras los atentados para impulsar la integración de Rusia en la OMC
- Japón alcanza una tasa de paro récord del 5,3% con una subida desconocida desde 1967
- La Bolsa argentina se hunde mientras el Gobierno ultima un nuevo ajuste económico
- Argentina aguarda el respaldo del FMI para lanzar su nuevo plan contra la crisis
- Telefónica impulsa a la bolsa de Madrid un 2,56% tras dos jornadas de pérdidas
- Argentina intenta evitar la suspensión de pagos con una nueva renegociación de deuda
- Catorce diputados del FREPASO rompen con el Gobierno de De la Rúa
Los expertos destacaron que el rebote técnico de última hora en la bolsa de Buenos Aires se debió, en parte, a que el presidente de Argentina, Fernando de la Rúa, por dos veces y en menos de cuatro horas, despejó los temores del mercado sobre una posible reprogramación forzada de la deuda pública. "Acá no va a haber nada forzado o coercitivo. La reprogramación será voluntaria, respetará la propiedad privada y todas las seguridades jurídicas", dijo el jefe del Estado.
De la Rúa, y el ministro de Economía, Domingo Cavallo, pidieron calma mientras continuaban las gestiones para lograr el aval del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de EE UU en la renegociación de la deuda.
El presidente lanzó más mensajes tranquilizadores. "No habrá devaluación, se mantendrá la convertibilidad (paridad entre el peso y el dólar), por lo que no puede haber ninguna incertidumbre", aseguró De la Rúa. La deuda pública, de 136.000 millones de dólares, equivale al 25% de la de los países emergentes y el 50% de la de América Latina.
Cavallo y su equipo de asesores participaron en numerosas reuniones dando los últimos retoques al plan de medidas económicas prometido desde hace más de dos semanas. Según diversas fuentes, el Gobierno ha postergado el anuncio más de lo previsto porque busca desesperadamente el aval del FMI y, más importante, el desembolso de 4.200 millones de dólares para paliar los problemas de liquidez. En los dos últimos meses del año el Estado tendrá que pagar 1.887 millones de dólares en obligaciones de deuda.
La cantidad es manejable, en teoría. Pero para aplicar la ley de déficit cero, el Gobierno ha recortado numerosos servicios públicos que están al borde de la suspensión de pagos. Es el caso de la obra social de los jubilados, PAMI, que adeuda fondos a los centros asistenciales desde hace tres meses. Ayer, clínicas y hospitales de todo el país dejaron de asistir a los afiliados del PAMI, a excepción de las urgencias y de los pacientes oncológicos. En numerosos centros se podían ver largas colas de enfermos que no fueron atendidos.
Al nerviosismo de los inversores y al malestar de la población que no ven salida a la crisis, se añade la incertidumbre que genera un Gobierno que no toma decisiones. Desde el revés electoral del 14 de octubre, De la Rúa sólo ha hecho algunos cambios ministeriales poco relevantes.
De la Rúa se reunirá hoy con los gobernadores (peronistas) de las tres provincias más importantes, Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe en un intento de recomponer el diálogo entre el Gobierno y las provincias, que se rompió la semana pasada por el enfrentamiento entre Cavallo y los jefes provinciales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 31 de octubre de 2001