Si el tendón rotuliano derecho de Roberto Carlos se rompe, su carrera como futbolista estará prácticamente acabada. El tendón del lateral brasileño del Madrid sufre una inflamación crónica desde hace dos años y en las últimas semanas ha presentado un empeoramiento que amenaza con la rotura. Para evitarlo, los servicios médicos del club le han recomendado reposo durante los próximos 15 días -esto le impediría jugar el derby así como los dos encuentros internacionales que tiene con Brasil-. Pero el jugador no lo ha aceptado. Quiere enfrentarse hoy al Barcelona (20.00 horas, Canal+), en el Bernabéu, y afirma sentirse bien. Al verse fuera de la convocatoria acusó a la directiva de boicotear sus empeños por razones que no reveló. "No es que esté al cien por cien", dijo encolerizado; "estoy al ciento diez por cien. Pero los médicos tienen órdenes de alguien de arriba del club que no quiere que yo juegue".
Los médicos del Madrid estiman que la rodilla del jugador sufre una lesión tan delicada que debería descansar durante al menos dos semanas más, lo que le haría perderse los dos partidos con Brasil, el próximo jueves contra Bolivia y el posterior contra Venezuela. El jefe de los servicios médicos del club, Alfonso del Corral, fue claro ayer: "En las resonancias se ve que sufre un empeoramiento y consideramos necesario pararle. La tendinitis no es un proceso que le impida jugar. Puede hacerlo, pero no debe porque corre un grave riesgo. Se lo hemos explicado y él dice que sí, que asume el riesgo. Pero yo no puedo dejarle porque es mi responsabilidad impedir una lesión. Tengo la obligación de pararle porque el riesgo es enorme. Y lo hago como jugador mío que es, como paciente y como amigo. Soy yo quien se lo prohibe".
En contra de la línea que se siguió en el Madrid durante el mandato de Lorenzo Sanz -de dejar que los jugadores tengan la última palabra a la hora de decidir si juegan-, el director general deportivo Jorge Valdano ha optado por dar prioridad a las indicaciones de los médicos. "Entre mis funciones está la de tomar decisiones", dijo ayer Valdano. "Debo apoyar el dictamen y la posición del director de los servicios médicos y considero imprudente que juegue Roberto Carlos poniendo su rodilla en riesgo de sufrir una lesión grave".
Ayer, Roberto Carlos se presentó en la Ciudad Deportiva con la intención de entrenarse. Había hecho ejercicios de recuperación en la piscina y se sentía en condiciones de salir al campo. Entonces, Del Corral, le explicó no sólo por qué no debía entrenarse, sino por qué no jugaría contra el Barça. La charla fue tensa. El jugador parecía no comprender que, más allá de los vaivenes del dolor, esos dos centímetros de tejido ligamentoso de su tendón rotuliano son ireemplazables. Si ese segmento se corta tardará más de un año en soldarse y probablemente el arreglo no le sirva para volver a jugar. El propio Ronaldo, cinco años más joven que Roberto Carlos (29), sufrió esa lesión y hace más de dos años que no se recupera.
"No estoy lesionado y estoy perfectamente para jugar contra el Barça", protestó el jugador en Radio Marca; "los médicos no me dejaron entrenarme y no sé por qué, me dijeron que tenían órdenes de alguien de no dejarme jugar a pesar de tener la resonancia. Yo voy a ir a Brasil a jugar con mi selección". A este respecto, Del Corral explicó que intentará evitarlo: "Voy a suplicar a los responsables de Brasil que no juegue ninguno de los dos partidos, porque es una temeridad", señaló con vehemencia.
Roberto Carlos ha elegido enfrentarse al Madrid asestándole un golpe precisamente antes de recibir al Barça. Presa de celos porque la directiva se niega a subirle el sueldo, de cerca de 700 millones de pesetas, obsesionado con jugar con Brasil, y quizá decidido a forzar una salida del Madrid en el futuro, el jugador ha encontrado un resquicio para resolver a su manera un asunto que lleva de forma tan personal como sorprendente.
El Madrid prevé que un médico acuda a Brasil en compañía del jugador, hoy mismo, para presentarle al médico de la selección, José Luis Runco, los documentos que acreditan la gravedad de la lesión. Según el periódico Jornal do Brasil, Roberto Carlos estaría dispuesto a que le inyecten calmantes para jugar un partido que, de ganarlo, a Brasil le supondría clasificarse automáticamente para el Mundial.
El resto de la plantilla se entrenó con un rondo y un partido de 10 contra 10. Raúl no participó porque no consiguió descansar la noche anterior, a causa de dolores en el estómago. "Para no jugar tendría que estar en la cama sin poder moverme", dijo el delantero, que confía en estar listo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 4 de noviembre de 2001