Cuatro jóvenes encapuchados incendiaron ayer por la mañana la sede de Correos en Alegia, localidad guipuzcoana cercana a Tolosa. La compañía estima que el importe de los destrozos causados superará los 21.000 euros (3,5 millones de pesetas). La oficina fue incendiada poco antes de la hora en que iba a ser abierta al público. Los asaltantes ordenaron a los dos trabajadores que se encontraban dentro que abandonaran el local. El fuego fue apagado con extintores de la Policía municipal y con ayuda de varios vecinos.
Los violentos, que perpetraron el asalto con palos y con las caras tapadas, entraron en la sede de Correos pocos antes de que comenzara el horario de atención al público aprovechando que la puerta se encontraba abierta. Ordenaron a los dos funcionarios que estaban dentro que salieran de la instalación y a continuación rociaron todo el local con líquido inflamable y le prendieron fuego.
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Una explosión y las llamas provocaron daños importantes en el techo, las puertas, el mobiliario y en algunos paquetes y certificados postales. La oficina tendrá que permanecer cerrada durante los próximos días.
El alcalde de Alegia, Francisco Larrañaga, del PNV, condenó este ataque porque 'no tiene sentido' y es 'incomprensible'. A su juicio, 'la mayoría de la gente de este pueblo no cree que esto esté justificado. Es kale borroka, y nosotros lo condenamos rotundamente'. Larrañaga exigió a los autores del asalto que expliquen 'por qué han quemado Correos, que da un servicio al pueblo. Estas cosas, lo que hacen es ponernos a temblar a todos, tanto de un lado como de otro', agregó.
La presidenta del PP de Guipúzcoa, María San Gil, también condenó este sabotaje y calificó a sus autores de 'energúmenos'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de enero de 2002