De los 17 concejales de Zumárraga (Guipúzcoa) elegidos en las últimas elecciones, sólo quedan nueve. Uno de los dos del PP, Manuel Indiano, fue asesinado por ETA, una edil de Batasuna dimitió en desacuerdo con la actitud de su partido en relación al terrorismo y hace meses que también lo hicieron los cinco concejales del partido socialista, que se negaron a llevar escolta. Ayer formalizó su renuncia una concejal de Eusko Alkartasuna (EA), harta del acoso a que la someten los amigos de quienes asesinaron a Indiano. Ese acoso es debido, según los insultos y carteles amenazadores aparecidos contra ella, a su actitud solidaria con la viuda de Indiano, de cuya hija fue madrina.
El portavoz de EA, Rafael Larreina, declaró ayer que la situación de Zumárraga constituye una 'fotografía fiel' del 'déficit democrático de este país, en el que no se pueden defender todas las ideas con libertad'. No es el primero que lo dice, pero ello no quita mérito a ese reconocimiento. Hace diez meses, un dirigente de la rama juvenil del tinglado declaraba a La Repubblica: 'ETA ha definido bien sus objetivos (...) Concejales del PP y del PSOE, por ejemplo, me parece que no caben dudas: son objetivos legítimos a eliminar'. En el País Vasco hay -o había: algunos ya han sido eliminados- 243 concejales del PSE y 223 del PP. Desde la ruptura de la tregua ETA ha asesinado a siete concejales de esos partidos, en Euskadi y en otras comunidades. Tiene razón Larreina: no hay libertad para defender ciertas ideas.En Zumárraga el PSE llegó a ser la fuerza más votada y tuvo alcalde socialista. Hoy carece de representación y teme no poder completar una lista para las siguientes elecciones. Las amenazas de ETA han impedido cubrir las bajas producidas en Durango y otros municipios. El último Euskobarómetro constataba el papel del miedo como agente político de primera magnitud en Euskadi. En su presentación, el viernes pasado, se aportó el dato de que en los últimos 12 años han salido del País Vasco unas 200.000 personas (y votantes). Los motivos serán diversos, pero sería hipócrita no reconocer efectos electorales a ese éxodo. Es cierto: Zumárraga es una foto fiel de Euskadi.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 16 de enero de 2002