Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

EE UU detiene su ofensiva en Afganistán por el mal tiempo y reagrupa sus tropas

Un comandante estadounidense justifica la existencia de víctimas entre la población civil

La nieve dejó ayer casi en suspenso la batalla de Shah-i-Kot y obligó a las fuerzas estadounidenses a concentrarse en avituallar y proteger del frío a los soldados desplegados en las montañas del este de Afganistán. El mal tiempo hizo muy difíciles los bombardeos, que el miércoles habían causado la muerte a unas 100 personas supuestamente relacionadas con el régimen talibán o Al Qaeda, según estimaciones del Pentágono. En total, se calcula que las fuerzas atrincheradas en torno a Shah-i-Kot han sufrido unas 500 bajas mortales desde que comenzó el asalto, el pasado viernes.

"Sabíamos que el tiempo iba a empeorar y en las últimas horas nos apresuramos a distribuir con helicóptero comida, combustible y municiones a nuestras tropas", explicó el mayor Brian Hilferty. La mala visibilidad obligó a cancelar la mayoría de los bombardeos, a la espera de que llegaran los refuerzos reclamados por el general Frank Hagenbeck, jefe de la llamada Operación Anaconda: 300 soldados que se sumarán a los más de mil ya desplegados, otros 17 helicópteros Apache y varios A-10 con cañones de fuego graneado.

El comandante Abdul Muteen, uno de los jefes de las tropas afganas que participan en la batalla junto a los estadounidenses y un pequeño contingente europeo, canadiense y australiano, expresó su temor a que las fuerzas de Al Qaeda aprovecharan la nevada para romper el cerco y escapar. "Conocen muy bien el terreno y podrían emprender la fuga", dijo.

El mayor Hilferty afirmó que el miércoles habían muerto unas 100 personas en las fortificaciones de Al Qaeda y calculó que desde el inicio de la batalla las fuerzas enemigas habían perdido a medio millar de hombres, "más o menos la mitad del total".

Hilferty dijo disponer de evidencias sobre la presencia de mujeres y niños en Shah-i-Kot, ya que algunos guerrilleros estaban acompañados por sus familias, y admitió que un número de esos civiles debía haber resultado muerto en los bombardeos.

La batalla de Shah-i-Kot, la más cruenta de la guerra, ha causado por el momento ocho muertos en las filas estadounidenses y ha supuesto duras críticas contra la estrategia del general Hagenbeck. Distintos mandos del Pentágono dijeron a The New York Times y The Washington Post que fue un error lanzar tropas de tierra al asalto de las cumbres desde el primer día, sin bombardear de forma exhaustiva las fortificaciones enemigas.

Ayer, el secretario de Defensa de EE UU, Donald Rumsfeld, aseguraba que la "fiera resistencia" que presentaban los remanentes talibanes y de Al Qaeda en el este de Afganistán "podría terminar dentro de pocos días", el próximo fin de semana como muy tarde.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de marzo de 2002