La primera jornada de protesta contra la globalización en las calles de Barcelona finalizó ayer con la detención de 24 personas que participaban en diversos actos o manifestaciones convocados por colectivos dispares. Entre los detenidos figuran seis simpatizantes de un grupo abertzale. La policía realizó un espectacular despliegue en el centro de la ciudad para identificar y registrar a las personas que resultaban sospechosas. Al margen de estos incidentes, en varias zonas de Barcelona se celebraron una decena de actos pacíficos organizados por La Campaña contra la Europa del Capital.
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El incidente más importante ocurrió en mitad de La Rambla, a la altura del Teatro del Liceo. Un desconocido movimiento denominado Març-Atack había convocado a las 13.00 horas una concentración bajo el lema Los ricos también lloran y El capitalismo no se reforma, se destruye. Unos 300 manifestantes se concentraron frente a las puertas del teatro, cuya fachada fue protegida por las furgonetas de la policía, y permanecieron allí cerca de una hora hasta que se les sumó otro grupo de 200 jóvenes que estaban concentrados en la fuente de Canaletes.
Cuando se juntaron, un manifestante encapuchado arrojó vasos de vidrio contra la policía y se iniciaron las cargas, que duraron poco más de una hora por las estrechas calles de los alrededores. Ocho personas fueron detenidas, acusadas de desórdenes, daños a mobiliario urbano y atentado a la autoridad. Entre ellos figuran un esloveno y un sueco, otro es asturiano y el resto son vecinos de Barcelona. Dos personas más fueron requeridas para ser identificadas y al poco quedaron en libertad.
Durante toda la mañana la policía se desplegó en las esquinas de La Rambla para identificar a las personas que les resultaban sospechosas y requerirles que les enseñaran sus bolsos. Lo mismo ocurrió a la salida de las bocas del metro. A muchos transeúntes se les impidió el paso a La Rambla, en medio de un despliegue de decenas de furgonetas de la policía.
Sobre las 11.10 horas fueron detenidas otras seis personas en la confluencia de la avenida Diagonal con la calle de Jansana. Eran seis integrantes del colectivo abertzale Zazun, que cruzaron un coche en la calzada y simularon un accidente de tráfico con cuatro muertos manchados de pintura para denunciar los efectos que produce la dispersión de los presos de ETA. Entre los detenidos figuran los padres de un recluso que superan los 60 años. Los otros cuatro son jóvenes vascos de 22 y 28 años con antecedentes por desórdenes públicos y a los que la policía sitúa en el entorno de la banda terrorista. Un portavoz de este colectivo asegura que son un grupo pacífico, pero partidario de la "acción directa".
A última hora de la tarde, otros cinco jóvenes fueron detenidos en el barrio de Gràcia tras una manifestación convocada por colectivos autodenominados antifascistas y grupos de okupas. Las detenciones se produjeron después de una carga policial contra un grupo que presumiblemente había lanzado un objeto contundente contra los agentes. La policía decomisó piedras y algunos palos de madera que algunos jóvenes llevaban en sus mochilas. La manifestación, que reunió a unos 300 jóvenes, fue custodiada por un centenar de policías que blindaron el barrio.
Por otra parte, el presidente de la Comisión, Romano Prodi, aseguró anoche, en una entrevista con la cadena Ser, que aquellos que se manifiestan pacíficamente "no lo hacen contra la idea de una construcción europea".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de marzo de 2002