Telefónica no ha podido sustraerse las exigentes normas contables estadounidenses, en cuyo mercado también cotizan sus títulos. La multinacional española, uno de las pocos operadores de telecomunicaciones que había registrado beneficios el pasado año frente a las pérdidas récords de sus rivales europeas, ha reconocido ante la Securities and Exchange Commission (SEC), la máxima autoridad supervisora de los mercados en Estados Unidos, que, de acuerdo con sus normas contables, cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas de 7.182 millones de euros, en lugar de los beneficios de 2.106,8 millones de euros que había declarado y mantiene con la contabilidad en España.
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La compañía comunicó el 28 de febrero pasado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la autoridad que supervisa los mercados en España, las cuentas del ejercicio 2001, en las que computó la citada cifra de beneficios, que ya reflejaba una caída del 15,9% respecto al ejercicio anterior y la primera caída de beneficios de 1992. Esas cuentas, que se sujetaban a las normas contables españolas, fueron reiteradas en el folleto continuado remitido a la CNMV el pasado 7 de junio.
Sin embargo, la operadora remitió a la SEC el 1 de julio pasado un folleto de más de 500 páginas (documento 20-F con el número 9999999997-02-037564) en el que refleja las cuentas de acuerdo a la nueva normativa contable estadounidense, que entró en vigor este mismo año, y que tratan de reflejar de forma más fiel el verdadero valor de los activos de una compañía, teniendo en cuenta su valor bursátil y sus perspectivas de negocio actuales.
Por eso, los 7.182 millones de pérdidas que ha notificado Telefónica, no reflejan, como parece traslucirse a simple vista, una sangría de fondos, sino la voluntad de plasmar en los balances cuanto antes la valoración real de los activos de la compañía, sin que, por ello, se vea afectada la generación de caja.
La notificación de los resultados de 2001 de acuerdo a las normas contables estadounidenses puede suponer un vuelco en las cuentas de las empresas españolas que cotizan en la Bolsa de Nueva York (BBVA, SCH, Endesa, entre otras) que podrían remitir documentos similares a las autoridades de EE UU, con notables diferencias respecto a las declaradas en España.
En ese esfuerzo de realismo contable, ha influido decisivamente el cambio que se han producido en las normas contables de Estados Unidos (las Financial Accounting Standards Board), que permite a las compañías justificar la devaluación de sus activos como un mero apunte contable, de forma que se pueda ajustar mejor a la capitalización bursátil que se supone que ya ha descontado previamente esa pérdida de valor.
Dado el desplome de las acciones de todas las compañías de telecomunicaciones, la mayor parte las cuales cotizan también en Wall Street, esa norma ha producido una catarata de amortizaciones aceleradas que, de acuerdo al calendario y las prácticas tradicionales, se hubieran demorado en un periodo de 10 a 20 años.
Así sucede en España, donde el fondo de comercio, la partida que refleja la diferencia entre el importe pagado por una adquisición y su valor en libros, se puede amortizar en un plazo de hasta 20 años.
Mayores depreciaciones
Entre las mayores depreciaciones que se han computado en las cuentas remitidas a la SEC destca el portal Lycos, adquirido por Terra en 1999 por más de 13.000 millones de euros; Medyaways, la compañía de datos adquirida al grupo alemán Bertelsmann por 1.688 millones de euros; la productora Endemol, por la que pagó más de 5.000 millones de euros y la compra del 5% de Pearson, por el que desembolsó más de 600 millones de euros, y los activos en medios de comunicación en Argentina (Cei Citicorp y Atco). También han tenido un fuerte impacto en las cuentas la toma de control de las filiales latinoamericanas en Argentina, Brasil, Chile y México, tanto de telefonía fija como de móviles (Telesudeste celular, CRT, Móviles México).
Estas adquisiciones se hicieron mediante ampliaciones de capital y al contabilizarse tanto las acciones emitidas como los activos al valor de mercado y no al teórico contable (de cuando se adquirió) como en España, el valor se ha reducido dramáticamente.
De hecho, la diferencia negativa de 9.288 millones de euros que existe entre las cuentas declaradas en España y en Estados Unidos, se acerca bastante al saldo del fondo de comercio pendiente de amortizar que declaró Telefónica a 31 de diciembre de 2001, y que se elevaba a 9.439 millones de euros (11.072 millones si se suman también las empresas participadas).
En este sentido, portavoces de la compañía indicaron a este diario que, pese a la diferencia que se refleje en el resultado neto, "no supone ninguna merma de fondos porque se trata de la misma fotografía de las cuentas de Telefónica, aunque realizada con otras normas".
Además resaltaron que, en ningún caso, puede hablarse de irregularidades contables como las que recientemente han sacudido a los mercados financieros estadounidenses.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de julio de 2002