El Consejo de Gobierno marroquí instó ayer a la "movilización de todas las fuerzas vivas" del país magrebí detrás de su monarca, Mohamed VI, para "liberar" Ceuta, Melilla y las islas Chafarinas. El ministro de Comunicación, Mohamed Achaari, afirmó tras la reunión del Ejecutivo que esta movilización se tiene que extender a la defensa "de la integridad territorial del reino y su culminación". El Gobierno español replicó anoche, como ya había hecho por la mañana el vicepresidente Mariano Rajoy, que "Ceuta, Melilla y las islas y regiones adyacentes" son de soberanía española "como consagra la Constitución de 1978" y que España ejerce esa soberanía "conforme al derecho internacional".
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"La soberanía española de Ceuta y Melilla y las islas y territorios adyacentes, consagrada en la Constitución de 1978, se ejerce desde hace siglos con plenitud, de manera permanente y efectiva, de conformidad con el derecho internacional, y carece por tanto de objeto cualquier diálogo o reflexión al respecto". Así respondió ayer en nombre del Gobierno de España el vicepresidente primero y portavoz, Mariano Rajoy, tanto al discurso anual del Trono, pronunciado el martes por Mohamed VI en conmemoración del tercer aniversario desde su coronación, como a las posteriores declaraciones del primer ministro marroquí, Abderramán Yussufi, quien se refirió el jueves a la "ocupación" de Ceuta y Melilla, y a las que ayer mismo hacía el ministro de Cultura marroquí. La OID replicó anoche en la misma línea.
Según la agencia marroquí de noticias MAP, el Consejo de Gobierno de Rabat instó ayer a la "movilización de todas las fuerzas vivas" del país detrás de su monarca para "liberar" Ceuta, Melilla y las islas Chafarinas. El ministro de Cultura y Comunicación, Mohamed Achaari, aseguró tras esta reunión que esa movilización se tiene que extender a la defensa "de la integridad territorial del Reino y su culminación".
Obstáculo al diálogo
Un portavoz de la Oficina de Información Diplomática (OID) replicó que la soberanía española de Ceuta y Melilla está consagrada en la Constitución de 1978 y que España ejerce esa soberanía "con plenitud y desde hace siglos, de manera permanente y efectiva, y de conformidad con el derecho internacional".
Según la OID, las declaraciones de Achaari "en nada" ayudan al diálogo "franco y abierto" que España quiere mantener con Marruecos para tratar los temas bilaterales "prioritarios".
Precisamente, muy poco antes de que el Gobierno de Rabat hiciera el anuncio de que se dispone a movilizar a "todas las fuerzas vivas para liberar Ceuta y Melilla", la misma agencia MAP informaba de que el pasado martes, el día del discurso del Trono, el rey Juan Carlos remitió un mensaje de felicitación a Mohamed VI en el que le expresaba su "más alta consideración" y su "estima fraternal". Juan Carlos transmitió sus felicitaciones a Mohamed VI "junto con el Gobierno y el pueblo español", según ha confirmado La Zarzuela.
Según Rajoy, no hay nada que liberar con esta movilización que pretende Marruecos. El vicepresidente primero destacó por la mañana, tras el Consejo de Ministros, los "siglos" de soberanía española sobre Ceuta y Melilla, y los contrapuso implícitamente a la breve historia de Marruecos, constituido como reino en 1956.
Reiteró en esta línea que "carece de sentido cualquier diálogo" respecto a Ceuta y Melilla. Pero aun así, el Ejecutivo de José María Aznar se muestra abierto a "hablar de todo" lo demás con Rabat, incluido el Sáhara.
Sobre el Sáhara, el ministro de Comunicación marroquí aseguró ayer que, tal como dijo Mohamed VI en su discurso, Marruecos "está decidido a no renunciar a ni una sola pulgada de su territorio". Por ello, reiteró que toda tesis que defienda la partición de la antigua colonia española "corre el riesgo de balcanizar la región del Magreb y el conjunto del continente africano".
Aunque Rajoy incluyó el Sáhara como una de las cuestiones sobre las que Madrid está abierto a hablar con Rabat, reiteró la tradicional posición española, que defiende cualquier solución que cuente con "el acuerdo de las partes" y el apoyo de la ONU.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 3 de agosto de 2002