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EL CONFLICTO DE ORIENTE PRÓXIMO

Una cadena de atentados suicidas palestinos se cobra la vida de 15 personas

El más grave de los cinco ataques tuvo como objetivo un autobús que transportaba a soldados

Diez personas fallecieron en un atentado suicida contra un autobús de línea que circulaba por el norte de Israel y otras tres en un tiroteo ocurrido junto a la ciudad vieja de Jerusalén. Ya en la madrugada, dos colonos fueron asesinados en un tercer ataque, una emboscada en Cisjordania. La autoría de los dos primeros atentados fue reivindicada por el movimiento islamista Hamás y las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa. Otros seis israelíes resultaron heridos en otros dos incidentes ocurridos en Cisjordania. La Autoridad Palestina condenó los atentados, pero responsabilizó de la violencia al Gobierno israelí.

Un autobús que hacía el trayecto entre las ciudades de Haifa y Safda saltó por los aires al llegar al cruce de carreteras del monte Meron, situado en la parte central de Galilea. Nueve israelíes y el propio terrorista suicida fallecieron como consecuencia de la deflagración, que causó heridas a más de 40 personas, de las que dos se encuentran en estado crítico. Un portavoz de la compañía de autobuses Egged informó de que la mayoría de los ocupantes del vehículo eran soldados de reemplazo que se incorporaban a sus respectivas bases después de haber disfrutado de un permiso durante el fin de semana.

La autoría fue reivindicada por el movimiento islamista Hamás. Primero, mediante una llamada anónima a la cadena de televisión libanesa Al Manar, perteneciente al movimiento integrista shií Hezbolá, y luego mediante un comunicado emitido desde la ciudad de Gaza. En ambos, Hamás justificó el acto terrorista como una venganza por el bombardeo contra Gaza del pasado 23 de julio, en el que murió el dirigente de su brazo armado, Salah Shahade, además de otros 17 civiles, 12 de ellos niños. Posteriormente, su portavoz en la franja de Gaza, Ismael Abu Shanab, declaró a la cadena de televisión qatarí Al Yazira: "Ésta es la respuesta que esperaba la nación palestina, que está sufriendo los crímenes de la ocupación en Nablús, Gaza, Yenín, Hebrón y en todas partes".

Este nuevo atentado tenía lugar mientras se celebraba el pleno semanal del Consejo de Ministros de Israel. El titular de Defensa, Benjamín Ben Eliezer, se congratulaba de haber hecho progresos en la lucha contra el terrorismo y de que las fuerzas de seguridad hubieran sido capaces de abortar otras 10 operaciones suicidas en el transcurso de las dos últimas semanas, aunque reconocía no poder evitar todos y cada uno de ellos.

Terminada la sesión, el primer ministro, Ariel Sharon, se lamentó: "Hoy es un día muy duro para Israel". Lo que no podía prever el jefe del Ejecutivo es que ese no había sido más que el comienzo de otro domingo sangriento.

Poco después del mediodía, unas tres horas después del atentado contra el autobús, un palestino comenzaba a disparar contra una camioneta de la empresa pública de telecomunicaciones Bezeq, que circulaba frente a la Puerta de Damasco, una de las principales entradas a la ciudad vieja de Jerusalén. Uno de los dos ocupantes del vehículo falleció como consecuencia de los disparos efectuados a quemarropa por el atacante, que, según el jefe de la policía de Jerusalén, Mickey Levy, era un joven de 19 años cuya identidad no pudo confirmar en los momentos posteriores al atentado.

La inmediata intervención de una unidad de la Policía de Fronteras que estaba patrullando la zona desencadenó un tiroteo en el que el propio atacante y un viandante fueron alcanzados de muerte. Otras 14 personas resultaron heridas de diversa consideración, como consecuencia de una acción reivindicada por las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, la milicia clandestina afiliada al movimiento Al Fatá.

Posteriormente se produjo una emboscada de carretera contra un autobús entre los asentamientos de Avnei Hefetz y Einav, ubicados en las inmediaciones de la ciudad cisjordana de Tulkarem. Tres colonos resultaron heridos, dos de ellos de consideración y otro levemente, por unos disparos que, según los peritos policiales, se efectuaron desde otro vehículo en marcha. Las carreteras de Cisjordania volvían a convertirse en escenario del cuarto incidente del día, cuando un artefacto explosivo fue detonado desde la cuneta contra un vehículo sanitario, causando otros tres heridos. Al igual que el atentado de la Puerta de Damasco, la autoría de la explosión fue reivindicada por las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa.

Por la noche la violencia continuó en Cisjordania, cuando dos colones israelíes murieron al ser alcanzados por disparos en una emboscada cuando circulaban cerca de Ramala. Dos personas que viajaban en el mismo coche resultaron también heridas. Al cierre de esta edición, el sexto ataque en una sola jornada no había sido reivindicado.

Condena y celebración

La Autoridad Palestina emitió un comunicado de condena por el atentado suicida de Galilea, aunque también criticó "las detenciones masivas, las medidas represivas y las demoliciones de inmuebles que lleva a cabo el Ejército israelí". Por su parte, la comisión ejecutiva de la OLP distribuyó otro comunicado en el que aseguró que "condenamos esta operación, al igual que condenamos todas las que se cometen en Israel".

Sin embargo, en Gaza, que sufrió el bombardeo israelí del pasado 23 de julio que provocó 18 muertos, miles de personas se lanzaron a las calles para celebrar lo que fue calificado por la multitud de "respuesta" a la muerte del fundador del brazo armado de Hamás, Salah Shahade, en aquel ataque. Los participantes en la marcha leyeron en voz alta el testamento de Mohamed Maqdad, un activista de Hamás que, en la madrugada del sábado, había muerto al intentar atacar una colonia israelí.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de agosto de 2002

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