ALEMANIA
Demirel (9), Okulaja (11), Garris (2), Femerling (6), Nowitzki (20), Lutcke (2) Rodl (2), Nikagbatse (4), Pesic (14) y Arigbabu.
ESPAÑA
Gasol (14), Navarro (21), Nacho Rodríguez (7), Jiménez (2), Garbajosa (4), Marco (2), Angulo (2), Paraíso (2), Alfonso Reyes (8) y Calderón.
Árbitros: Rems (SLO) y Cazzaro (ITA).
Unos 1.000 en el Conseco Fieldhouse de Indianápolis.
En ese lapso, entre Jiménez, Gasol y Navarro fallaron hasta cinco veces desde la línea, mientras que los alemanes anotaron ocho tiros desde allí, los seis últimos consecutivos a cargo de Pesic. Un final cruel pero también acorde con el pésimo juego español del primer tiempo.
El ataque español se movió en ese periodo a piñón fijo. Pocas veces encontró agujeros o posiciones francas para el lanzamiento. Mareaba sin sentido la pelota frente al muro alemán. Desembocó repetidamente en intentos triples forjados desde la impotencia, inconsecuentes con lo que se pretendía. Era la revelación fehaciente de que los bases no penetraban una sola vez y de que tampoco nadie daba un pase en condiciones para ser aprovechado dentro de la zona.
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CUARTOS
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SEMIFINAL
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FINAL
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P.Rico N.Zelanda |
63
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N.Zelanda
Yugoslavia
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Domingo
00.00
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65
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Yugoslavia
EE UU |
81
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78
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España
Alemania |
62
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Alemania
Argentina
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70
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Brasil
Argentina |
67
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78
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Gasol no se sentía cómodo. No tenía manera de agarrar una pelota para evitar una torre de 2.14 como Femerling. Imbroda le dio un respiro después de que su desesperación se estampase contra un tapón del gigante alemán. Alfonso Reyes repitió entonces uno de los ejercicios de bravura a los que nos tiene acostumbrados. Pero la lucha era tan desigual ante un hombre que le saca una cuarta que no sirvió de gran cosa. Navarro fue entonces el único recurso ofensivo. Revoloteó como una mariposa pero no picó como suele ser habitual. No encontró buenas posiciones ni acierto en el tiro. Gasol volvió a la pista pero no arregló los desperfectos en una de las peores primeras partes que se le recuerda: sólo dos canastas en nueve lanzamientos y sólo dos rebotes. Un dato individual pero que se hacía extensivo a todo el equipo y que revelaba el mal funcionamiento del colectivo.
Alemania, en cambio, palió el buen marcaje que se le aplicó a Nowitzki con mayor riqueza de recursos de la que muchos le conceden, en una tendencia fácil y extendida a la hora de juzgarle. Garbajosa, muy arropado por todo el equipo, le concedía salida a la estrella de los Mavs por su lado malo, el izquierdo. Pero el base de origen turco Demirel aprovechó los resquicios que dejaban las ayudas en defensa de los españoles y Okulaja ayudó a su equipo con su buena mano en el lanzamiento. El equipo español se empecinó en resolver desde lejos pero sólo anotó tres de sus quince primeros lanzamientos triples y concedió diferencias que rondaron los diez puntos.
España estuvo a punto de corrigir a tiempo y de dar la vuelta a un partido que se le escapaba de las manos. Fue graciasa que desplegó un juego mucho más rápido y vivaz que se les atravesó a los alemanes que pasaron de ganar por nueve puntos en el descanso a estar seis puntos por debajo (46-52). La transformación del equipo español se generó desde la rapidez de piernas y el sobreesfuerzo defensivo. Pero Alemania que se defendió como gato panzo arriba aprovechó el talento y capacidad de resolución de Nowitzki, aunque fuera en cuentagotas, y la puntería de Pesic desde la línea de tiros libres que junto a sus errores desde el mismo punto en la canasta contraria, fue lo que acabó condenando a España.