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OPEN DE ESTADOS UNIDOS | TENIS

Venus y Serena Williams, de nuevo en la final

Las hermanas se jugarán el título al ganar a Mauresmo y Davenport

Nadie parece capaz de frenarlas. Jennifer Capriati especuló tras el torneo de Wimbledon sobre la posibilidad de que el regreso de Lindsay Davenport o de ella misma al mejor nivel podía poner fin a la dictadura que ejercen las hermanas Williams en el tenis femenino. Pero Venus y Serena se encargaron ayer de devaluar cualquier especulación. La mayor de la dinastía superó a la francesa Amelie Mauresmo por 6-3, 5-7, 6-4 en 1 hora y 58 minutos, y la menor, Serena, la número uno mundial, salvó tres bolas de set antes de ganar a Davenport, que vuelve al circuito tras una operación de rodilla, por 6-3, 7-5 en 1 hora y 22 minutos.

Por tercera vez consecutiva este año, Venus y Serena se enfrentarán en la final de un Grand Slam, tras las de Roland Garros y de Wimbledon y que acabaron con victorias de la hermana menor, que se mantiene ahora a un solo título grande de Venus, que posee cuatro. Las semifinales concluyeron en los horarios previstos por la organización que pretendían respetar el inicio del año nuevo judío, que se iniciaba con el atardecer. Las dos hermanas se han enfrentado nueve veces -Venus ganas 5-4- y hoy decidirán quien se queda con el número uno mundial.

Mauresmo mantuvo vivas las expectativas que había despertado con su triunfo sobre Jennifer Capriati hasta el último juego. Pero cuando cualquier otra jugadora que no sea su hermana Serena se enfrenta a Venus el destino del partido parece estar previamente marcado. Venus no estuvo ayer en su mejor nivel. Y Mauresmo, en cambio, lo bordó en algunas fases del partido. Eso le permitió anotarse la segunda manga, a pesar de haber cedido previamente una ventaja de 5-3 y saque. En la tercera no logró concretar sus opciones.

Lección de Sampras

La revolución en el tenis masculino, en cambio, deberá esperar. Andy Roddick, el valor más emergente de la nueva generación americana, sufrió un auténtico descalabro y recibió una última lección del que muchos consideran el mejor jugador de la historia, Pete Sampras. A sus 31 años, ahora 17º mundial, el ex número uno se resiste a despedirse del tenis sin haber conquistado otro título del Grand Slam, el 14º, y ayer dio un paso importante en su aspiración de ganar por quinta vez el Open de EE UU. Sampras superó a Roddick por 6-3, 6-2, 6-4 en una hora y 30 minutos y se clasificó para las semifinales de hoy, en las que se enfrentará a Sjeng Schalken. El holandés, 25º, logró a sus 26 años el mejor resultado de su carrera al derrotar al chileno Fernando González por 6-7 (5-7), 6-3, 6-3, 6-7 (5-7), 7-6 (7-2). La otra semifinal la jugarán Lleyton Hewitt y Andre Agassi.

Más que un duelo generacional, lo de ayer en la pista central de Flushing Meadows resultó una masacre. En cuestión de 90 minutos le fueron arrebatadas al aspirante Roddick todas sus ilusiones de una forma metódica, estudiada y despiadada.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 7 de septiembre de 2002