Las bolsas profundizaron ayer en sus caídas y encadenan en su mayor parte la sexta semana de pérdidas. Sin embargo, los recortes fueron más abultados en otras plazas: París perdió el 3,33%; Londres, el 1,71%, y Francfort, el 3,51%. En Estados Unidos, pese al buen dato del paro, volvieron las revisiones a la baja en los beneficios empresariales, que provocaron una caída del 2,45% en el Dow Jones y quedó en el nivel más bajo de los cinco últimos años.
El pesimismo es tan grande en los mercados financieros que los inversores sólo hacen caso de las malas noticias y desprecian aquellos indicadores que puedan arrojar un poco de luz en tan sombrío panorama.
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El Departamento de Trabajo de Estados Unidos informó ayer que el índice de desempleo bajó de un 5,7% en agosto a un 5,6% en septiembre, una disminución que no esperaba la mayoría de los analistas y que indica que la economía continúa creciendo. Este dato, que en un principio fue bien acogido, dejó de surtir su benéfico efecto cuando en una lectura más profunda se conoció que en este mes se perdieron 43.000 empleos. Un dato fruto de una encuesta realizada entre 60.000 empresas del país.
Además, se anunciaron previsiones de rebaja en los resultados empresariales correspondientes al tercer trimestre del año. Las empresas ya empiezan a apuntar cómo les ha ido este trimestre y no se ven signos muy claros de recuperación en los resultados. La farmacéutica Schering-Plough y la firma de almacenamiento de datos EMS comunicaban peores resultados, al igual que el fabricante de aviones Boeing. La multa de 28.000 millones de dólares a Philips Morris por la denuncia de una víctima del tabaco y su desplome en bolsa también ayudó en la caída. También la posible guerra con Irak hundió a los mercados. El mercado electrónico Nasdaq cayó un 2,20%, en un ambiente pesimista.
Las casas de calificación financiera (rating) y los analistas de bolsa también se encargan de echar más leña al fuego del pesimismo de los inversores. Ayer, Alcatel se defendía por la rebaja de calificación anunciada por Standard & Poor's, mientras que Goldman Sachs bajó su recomendación sobre el Bank of New York, contagiando también al sector bancario europeo.
Caídas del 3%
Con estas malas previsiones, las bolsas mundiales abundaron en sus caídas. El Ibex 35 de la Bolsa española bajó el 0,95%, y acumula en desde el pasado viernes un descenso del 2,3%, y ya van seis semanas con resultado negativo. Sin embargo, fue una de las bolsas que mejor aguantó en la jornada de ayer. París perdió el 3,33%; Francfort, el 3,51%, y Londres, el 1,71%. El mercado alemán, con la de ayer sigue liderando las pérdidas en el ejercicio, con más del 47% de caída en su índice Dax.
La caída de la producción industrial en España y la subida de la tasa de paro hasta el 8,71% no tuvieron un gran impacto en la Bolsa española, más preocupada del devenir de los mercados internacionales.
Dentro de los valores del Ibex 35 destacó la caída del 7% en Unión Fenosa. Rumores sobre el dividendo y sobre la venta de la participación del SCH tumbaron a este valor, que cayó a niveles mínimos de los últimos cuatro años al cerrar a 11,11 euros. La eléctrica salió al paso de algunos comentarios al reafirmar su política de dividendos.
Los bancos cayeron con fuerza y el BBVA se dejó el 4,20%, mientras que el SCH perdía el 3,04%, situado en zona de mínimos anuales. Telefónica consiguió escapar de la fiebre vendedora con un alza del 1,53%, que freno la caída del Ibex.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 5 de octubre de 2002