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El protocolo marcó la llegada de Jatamí

Los ediles de Madrid rechazarán darle la mano

El rey Juan Carlos dio la mano al presidente de Irán, Mohamed Jatamí, al pie del coche que le condujo ayer al palacio de El Pardo. Doña Sofía le recibió a continuación con una inclinación de cabeza, y el hoyatoleslam no respondió. Miró a otro lado. Fue probablemente un despiste, porque luego prodigó sonrisas y deferencias a la anfitriona al iniciar esta visita, marcada por las polémicas sobre el protocolo, aunque volvió a ignorarla cuando presentó a su séquito.

El resto del programa se desarrolló normalmente, con las peculiaridades derivadas de la muy estricta observancia islámica del régimen teocrático iraní: Jatamí inclinó la cabeza y se llevó la mano al corazón para saludar a las mujeres que participaron en su recepción oficial. Éstas le respondieron también con la cabeza, que, tal y como se había anunciado oficialmente, ninguna de ellas llevaba cubierta. Las autoridades españolas reiteraron ayer que los iraníes nunca pidieron que lo hicieran.

Además de la Reina, estuvieron en el palacio de El Pardo, residencia oficial de los huéspedes de Estado que visitan Madrid, la presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi, vestida con un traje de chaqueta verde claro, y la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, con traje corto rigurosamente negro y sin la pañoleta que frecuentemente se echa sobre los hombros.

Mohamed Jatamí, el primer presidente de Irán que viene oficialmente a España desde la visita del shah Mohamed Reza Pahlevi en 1965, llegó sin su esposa, acompañado por su ministro de Exteriores, Kamal Jarrazi, y por el de Economía, Tahmasb Mazaheri. Tras saludar al Rey junto al Rolls-Royce que le llevó al Pardo, los dos jefes de Estado caminaron hasta la puerta del palacio donde esperaba la representación española, encabezada por el presidente del Gobierno, José María Aznar.

La comitiva recorrió luego otro trecho de jardín para que el presidente iraní presentara a su propio séquito. Doña Sofía, que no podía esperar más que saludos de cabeza aunque este personal fuera laico, quedó en un segundo plano. Fuentes diplomáticas españolas explicaron ayer que la costumbre es que el jefe de Estado visitante presente su séquito a la Reina sólo si viene acompañado de su esposa. En otro caso, como ocurrió ayer, el líder presenta únicamente al Rey y la Reina es presentada por el jefe de protocolo de los visitantes.

Don Juan Carlos, Doña Sofía y Jatamí subieron finalmente a un estrado para presenciar el desfile de la Guardia Real, y ahí fue donde las deferencias del presidente iraní hacia la Reina se hicieron evidentes. Prosiguieron luego al pie del estrado en una conversación a la que se incorporó el jefe del Gobierno, y, según fuentes diplomáticas, en la cena privada que los reyes ofrecieron en la Zarzuela.

Ana Palacio comentó ayer antes de recibir a Jatamí en Barajas que no se sentía "ni humillada ni menospreciada" por no poder dar la mano a Jatamí. "El saludo es un encuentro entre dos personas y, al final, entre dos culturas, con lo cual hay que llegar a un entendimiento", dijo. También señaló que el verdadero tema con Irán son los derechos humanos, y que es ahí donde "hay que estar vigilantes", y no en cuestiones de protocolo.

El alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, ha decidido, sin embargo, que él será la única autoridad que dé la mano a Jatamí cuando visite el Ayuntamiento el miércoles. Los concejales sólo inclinarán la cabeza. Todos los partidos con representación municipal se mostraron reacios, en una reunión de portavoces celebrada la semana pasada, a saludar normalmente al visitante si no podían hacerlo las mujeres. El alcalde ha dispuesto también que, en el chocolate con churros que normalmente sirve la corporación madrileña, como desayuno, a los visitantes de Estado, se supriman dos botijos emblemáticos que adornan la mesa, porque uno lleva anís y el otro aguardiente.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de octubre de 2002