Aznar admite que las viviendas son caras, pero dice que se venden porque 'hay quien las compra'

"Alguien compra las viviendas porque hay más oportunidades, las hipotecas están más baratas y hay más empleo que en 1996". Con este argumento, el presidente del Gobierno, José María Aznar, trató de justificar la escalada de precios de las casas y de desmontar la acusación del líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, respecto a la imposibilidad para muchos ciudadanos de adquirir una. El ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, remachó el clavo de la argumentación del PP. Aseguró que con los Gobiernos del PP se han duplicado las ayudas a la vivienda.

La vivienda es uno de los asuntos que el PSOE va a convertir en materia para hacer oposición al Gobierno. El secretario general de los socialistas, José Luis Rodríguez Zapatero, escogió ayer este problema para su pregunta semanal al presidente del Gobierno. Aznar ratificó de lleno la tesis de Álvarez-Cascos. El Gobierno "es plenamente consciente de la carestía del suelo y de la vivienda", pero "al final, los ciudadanos compran las viviendas porque tienen más posibilidades e hipotecas más baratas".

El jefe del Ejecutivo rechazó el dibujo esbozado por Zapatero en relación a la vivienda y a las dificultades de muchos españoles para acceder a la propiedad de una casa. Zapatero pidió a Aznar que cambie la política de suelo y que aumente las subvencionadas, "que han llegado hoy a estar por debajo del 10%, cuando con los Gobiernos socialistas se llegó al 80% del total".

El líder socialista describió un panorama de confusión en el PP, porque Álvarez-Cascos "echa la culpa a los ayuntamientos, mientras la presidenta de la FEMP [Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, también del partido del Gobierno] contesta que no sabe lo que dice". Zapatero pidió a Aznar: "Rectifique, cambie y haga una política de vivienda".

En concordancia con la línea de Álvarez-Cascos, Aznar sostuvo que "las condiciones de nuestro país no tienen nada que ver con las condiciones de los años ochenta (...) Alguien compra las viviendas", agregó. Y explicó que se compran gracias a que "han bajado las hipotecas" y "hay trabajando 3.700.000 personas más que en 1996".

- EDUCACIÓN. El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, "suspendió" al Gobierno por la Ley de Calidad de la Enseñanza, que hoy se aprobará en el Pleno del Congreso y seguirá su andadura en la Cámara alta. Llamazares le recordó la huelga celebrada el día anterior por el sector educativo. Aznar replicó que el efecto de la movilización fue "limitado" e hizo una declaración rotunda: "Vamos a mantener el proyecto de ley de reforma educativa".

- ARRIOLA. La confusión entre "lo público y lo privado" que el PSOE atribuye al Gobierno la volcó el portavoz parlamentario, Jesús Caldera, sobre el vicepresidente primero, Mariano Rajoy. A propósito del robo de ordenadores de la oficina privada de Pedro Arriola, asesor de Aznar, Caldera preguntó a Rajoy si no habrá habido por parte de Arriola "aprovechamiento público" de su relación presuntamente privada con el presidente del PP y del Gobierno.

Rajoy aprovechó la mención de Caldera a la presencia de Arriola en la delegación que trató con ETA durante la última tregua para pedirle "lealtad y responsabilidad". El ministro llevó el asunto al terreno del Pacto Antiterrorista y pidió al PSOE lo que los socialistas piden al Gobierno frecuentemente, que no caiga en la tentación de utilizar el terrorismo en el enfrentamiento partidista.

La diputada María José López cogió el testigo de Caldera.López aseguró que Arriola asesora a la mayor empresa de España, Telefónica, "con un contrato de 100 millones", y a otras grandes empresas privatizadas. "Y esos contratos", sostuvo la diputada, "le vienen desde que ustedes privatizaron".

Rajoy, en tono muy molesto, retó a la diputada a que probara la existencia de los contratos de los que había hablado. "El Gobierno no tiene conocimiento de que ninguna empresa pública haya contratado con el señor Arriola y lo mantengo".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 31 de octubre de 2002