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Aznar anuncia que aumentará de 30 a 40 años la pena máxima de cárcel para los terroristas

El presidente asegura que las condenas por delitos graves se cumplirán en su integridad

El presidente del Gobierno, José María Aznar, anunció ayer que la reforma del Código Penal elevará a 40 años el tiempo máximo de cumplimiento de condena de cárcel a terroristas y autores de otros delitos muy graves. El límite actual es de 30 años. En una entrevista con Efe, Aznar afirma que los objetivos "como país" son que España se siente "definitivamente en la mesa de los grandes", lo que se puede lograr "en los próximos años" y "aumentar claramente el bienestar de los ciudadanos". Sobre una posible guerra con Irak, cree que ese país es "una amenaza terrible": "No podemos mirar hacia otro lado".

Sobre el proyecto de reforma del Código Penal, Aznar declara: "No es aceptable que un terrorista salga después de pasar un tiempo en prisión, 15 años, 20 años, y pueda volver a pasearse por su pueblo, volver a formar parte de los comandos para retornar a la organización terrorista".

"Por tanto hemos hecho una apuesta de modificación clara de nuestra legislación, en el sentido de que los terroristas cumplan íntegra y efectivamente sus condenas. Y a esa propuesta hay que añadir otra, que sin duda es significativa. El Gobierno ha decidido, el Ministerio de Justicia ya tiene redactados todos los proyectos al respecto, la modificación del Código Penal, en virtud del cual pasará de 30 a 40 años la condena para los terroristas", añade.

"En consecuencia", subraya Aznar, "los terroristas cumplirán 40 años de condena, y quiero decir que van a cumplir 40. Si son condenados a 40, cumplirán 40. Nosotros vamos a aplicar contra el terrorismo todo el Estado de derecho y sólo el Estado de derecho, pero en su totalidad".

Aznar se refiere luego a las reuniones con los grupos políticos que hoy inicia el Ministerio de Justicia, con el PSOE y CiU, y en las que el titular del Departamento, José María Michavila, expondrá las modificaciones previstas. "Espero y deseo", afirma, "tener el mayor acuerdo posible".

Emplazamiento al PNV

En relación al PNV, Aznar recuerda la manifestación convocada por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, y celebrada en Bilbao hace una semana bajo el lema ETA kanpora (Fuera ETA). "Si eso es así", agrega, "yo lo que pido es que los dirigentes del PNV sean consecuentes con ello (...) Lo que no se puede decir es 'ETA fuera' y recurrir la Ley de Partidos ante el Tribunal Constitucional, oponerse al cumplimiento íntegro de penas, no querer disolver los grupos de Batasuna en los municipios, subvencionar organizaciones vinculadas a la organización terrorista".

"A mí me gustaría", insiste, "que se manifestasen con toda claridad. Si no, lo que estamos haciendo es una operación encubierta para defender esas tesis tan extravagantes de rotura del modelo constitucional que la sociedad española en ningún caso va a aceptar".

El jefe del Ejecutivo pronostica que en materia económica 2003 será un año mejor que el que está a punto de terminar y para el próximo fija como objetivo un "impulso fortísimo" a reformas sobre las nuevas realidades de la sociedad, entre las que cita la seguridad, la lucha contra el terrorismo, la inmigración, las familias y el empleo femenino y la elaboración de un estatuto del discapacitado.

Preguntado sobre una posible guerra con Irak, Aznar declara que ese país representa "una amenaza terrible" y que el Consejo de Seguridad de la ONU "ha impuesto unas obligaciones muy claras a Irak para que se desarme" y "nadie se ha dado por satisfecho en el Consejo con las explicaciones que ha dado Sadam Hussein (...) Ante esa situación la comunidad internacional debe responder y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debe responder".

Sobre las relaciones con Marruecos, el presidente del Gobierno afirma que "hay que dar tiempo al tiempo" y subraya que para España sigue siendo prioritaria la relación con el vecino del sur, con unos lazos "estables, sólidos, de cooperación, de amistad profunda". No obstante, reconoció que no hay novedades previsibles a corto plazo en la normalización de las relaciones diplomáticas.

Aznar, finalmente, rechaza que sea un problema su planteamiento de la sucesión al frente del PP y afirma que se cumplirán los plazos previstos. "La política no es para los impacientes y creo que el apetito desordenado, insaciable, de poder puede llevar a algunos a cometer muchos errores".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 30 de diciembre de 2002