Las tropas avanzan hacia Bagdad. El segundo día de avance de las tropas norteamericanas y británicas sobre Irak dentro de la campaña militar para defenestrar al régimen de Sadam prosiguió ayer de forma implacable. La invasión por tierra era imparable desde el noroeste de Kuwait hacia Basora y hacia Bagdad. A un ritmo de 40 kilómetros por hora, miles de carros blindados actuaron como un rodillo rumbo a la capital. "Si el avance sigue así, estaremos a las puertas de Bagdad en tres o cuatro días", apostaba el portavoz de las fuerzas del Reino Unido en el golfo Pérsico, Al Lockwood. También proseguía su penetración en Irak el 7º de Caballería, una unidad acorazada.
Los comandos toman dos aeropuertos situados a 200 kilómetros de Bagdad
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Los soldados de esta unidad avanzan en largas columnas de cientos de carros de combate M1A1 Abrahams, vehículos de infantería M3A3 Bradley, seguidos de vehículos ligeros Humvee y camiones cisterna y de avituallamiento. Fuentes oficiales estadounidenses confirmaron que las tropas habían tomado el control de dos aeropuertos situados en el desierto iraquí al oeste de Bagdad, una operación decisiva en el cerco de la capital iraquí. De acuerdo con estas fuentes, los aeropuertos, identificados como H-2 y H-3, están ubicados respectivamente a 225 y 290 kilómetros al oeste Bagdad.
Mientras, marines estadounidenses, bajo mando británico, hicieron prisioneros ayer a más de 250 soldados iraquíes en su avance hacia el estratégico puerto iraquí de Um Qasr. Con las manos en la nuca marchando en fila india tras ser capturados. Rendidos de rodillas, enarbolando una bandera blanca e implorando en árabe a un marine. Tumbados boca abajo con las manos a la espalda. Captura y rendición. La bandera de las barras y estrellas ya ondea en el único puerto iraquí. El Ejército de Estados Unidos comenzó su invasión de Irak. No encontraron apenas resistencia. El régimen de Sadam Husein perdió ayer su única salida al golfo Pérsico.
Punto estratégico clave para facilitar la conquista de Basora, tropas de infantería del Ejército británico tomaron la península de Fao, en la desembocadura del Tigris. Esta madrugada, agencias de prensa aesguraban que se aún se registraban combates esporádicos en Fao. El siguiente objetivo de los estadounidenses es Basora.
Pero el Ejército de Sadam Husein frenó anoche el avance de la coalición aliada. A las puertas de Nasiriyah, punto principal de cruce sobre el río Éufrates, fueron parados en seco los soldados norteamericanos y británicos. Un periodista de la agencia Reuters que viajaba con efectivos de la tercera división de Infantería de EE UU informó de que un oficial le había asegurado que se estaban llevando a cabo combates y que su unidad esperaba "unirse pronto a la batalla". Hubo intercambio de disparos de artillería. Nasiriyah es el principal cruce existente sobre el Éufrates, a unos 375 kilómetros al sureste de Bagdad. Cruzar el Éufrates es el siguiente objetivo militar de las tropas en su camino hacia la capital iraquí, según el general británico Albert Whitely.
En su avance hacia el interior de Irak desde la frontera sur con Kuwait, las tropas británicas y estadounidenses intentaban hacerse con el control de los campos de petróleo de la región. Ya han recorrido unos 200 kilómetros por el desierto al oeste del río Éufrates.
Las fuerzas iraquíes incendiaron siete pozos de petróleo en el sur del país, y no 30, como primero informó el ministro de Defensa británico, Geoffrey Hoon. El responsable calificó de "éxito significativo" el control de las instalaciones de bombeo de petróleo de la península de Fao, en el sur. Según declaró Hoon, asegurar esta zona era "un objetivo vital", ya que existe el temor de que las fuerzas iraquíes traten de incendiar los campos petroleros o faciliten el derrame del crudo hacia el golfo Pérsico. Durante la guerra del Golfo de 1991, los iraquíes incendiaron un total de 737 pozos petrolíferos en su retirada de Kuwait, país que ocuparon siete meses antes y del que fueron expulsados por los norteamericanos.
En la protección de los campos petrolíferos, el Ejército estadounidense sufrió ayer por la mañana sus dos primeras bajas en combate. Se trata de un oficial del cuerpo de marines, abatido por fuego iraquí durante una operación en los pozos de petróleo de Al Rumeila, en el sur del país, y de otro marine del que esta madrugada se desconocían las circunstancias de su fallecimiento. Otros 12 militares de la coalición -cuatro estadounidenses y ocho británicos- murieron al estrellarse por accidente un helicóptero de EE UU de transporte de tropas en el norte de Kuwait.
Aunque se desconoce el número de víctimas iraquíes ante el avance del Ejército de EE UU, al menos tres soldados murieron al ser atacados por un tanque y tres vehículos Bradley de combate el jueves por la noche. Serían las tres primeras víctimas en combate iraquíes confirmadas dentro de la ofensiva. Según testigos sobre el terreno, los soldados norteamericanos recogieron los cadáveres, los metieron dentro de unas bolsas negras y los dejaron a un lado de la carretera. Prosiguieron la invasión.
La ofensiva también provocó las dos primeras víctimas de un país no beligerante cuando un proyectil cayó sobre la refinería iraní de Abadán, causando dos heridos. El Gobierno de Teherán protestó tanto ante el Gobierno de Reino Unido como ante los estadounidenses por el hecho y por la violación de su espacio aéreo.
Mientras, en la ciudad que está siendo la retaguardia de la invasión ayer sólo sonaron cuatro veces las alarmas aéreas durante la jornada. Como lo hicieron otras tres veces la madrugada de ayer. Porque Kuwait sigue viviendo su particular guerra de nervios.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 22 de marzo de 2003