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ELECCIONES 2003 | La batalla por Madrid

Botella confía en la "solidaridad vecinal" como base de su plan de servicios sociales

El presidente Aznar y altos cargos de su Gobierno arroparon a la candidata a concejal

En la "solidaridad vecinal", otra forma de llamar al voluntariado, está el futuro de los servicios sociales. Ese espíritu animó ayer el discurso de Ana Botella, candidata a edil, que desgranó su programa en el Fórum Europa ante la cúpula del PP y la atenta mirada de su marido, José María Aznar. Botella lanzó ideas como la de las "familias-canguro", que cuidarían voluntariamente de menores marginados, o las "casas-guardería", en cuya gestión colaborarían los padres.

Ana Botella es "un auténtico crack". Posee una mente "rápida y sagaz, un fino oído para interpretar las voces de la calle", y sus continuos viajes le han proporcionado "muchas pistas de por dónde va el mundo". Es, en definitiva, "el CIS [Centro de Investigaciones Sociológicas] particular de su marido", el presidente del Gobierno, José María Aznar. Con este perfil, elaborado y expuesto a la concurrencia por el presentador del foro de debates Fórum Europa, se presentó ayer la candidata a concejal, ante un auditorio entregado, formado por altos cargos del PP y de los Gobiernos central, autónomo y municipal. Aznar apareció a última hora y por sorpresa, intercambió continuos guiños y sonrisas con su esposa mientras ésta exponía su programa desde el estrado, y abandonó finalmente el salón tras negarse a responder a los periodistas, alegando que él, ayer, era sólo un "invitado".

Si el PP gana las elecciones, Botella dirigirá la Concejalía de Servicios Sociales y Empleo. Sus objetivos, el fomento de la "solidaridad vecinal" y la atención a los "más desfavorecidos". Impulsará, por ejemplo, la fórmula de las "familias-canguro", que se harían cargo, voluntariamente y en horario extraescolar, de menores en situación de "riesgo social" -los llevarían a hacer deporte, les ayudarían con los deberes...-. Otro tipo de familias solidarias, las "paraguas", acogería a los niños durante dos años, aunque éstas sí tendrían los gastos pagados por el Ayuntamiento (como ya hace la Comunidad). Por su parte, los "ayudantes paterno-maternales" serían personas con tiempo libre que se ofrecerían a cuidar hasta a tres niños en sus casas a cambio de "bonificaciones fiscales". Y en las "casas-guardería", los padres, constituidos en cooperativa, colaborarían en la gestión.

Botella quiere fomentar el "voluntariado familiar", pero sin olvidar las obligaciones de los poderes públicos, concretadas en ayudas (no especificadas) a mayores de 65 años con personas a su cargo (los llamados "programas respiro") o en la elaboración de programas integrales de atención a la infancia y la adolescencia. En materia de empleo, la candidata se comprometió a que trabajadores municipales realicen "tutorías individuales a cada parado" (en toda la región hay 200.000) y en mejorar la formación de las empresas.

Antes de concluir su discurso y recibir los entusiastas parabienes de los congregados, Botella quiso subrayar su afán por proteger los derechos de las "minorías sexuales" y de las "minorías étnicas". Rechazó el binomio inmigración-delincuencia y recordó: "Los inmigrantes realizan los trabajos que los españoles, afortunadamente, ya no hacemos, porque Madrid ha progresado mucho".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de abril de 2003